Entrevista a D. Agustín Jiménez Jiménez-Vallejo, médico y ex alcalde de Mairena del Alcor

No había tenido nunca la oportunidad de hablar cara a cara con Don Agustín Jiménez, médico muy querido en Mairena y alcalde de este pueblo durante 19 años en los tiempos del régimen de Franco. He quedado fascinado con la sabiduría, amabilidad, inteligencia y sensibilidad, a corazón abierto, de una de las personalidades que la historia regaló a este pueblo. Ojalá se le recuerde por todo aquello que dejó en Mairena, una herencia grande, al servicio de las personas.

 

 

 

 

José Manuel Bautista: Usted fue alcalde en tiempos del régimen franquista, ¿cuántos años?
Don Agustín: 19 años.

JMB: Supongo que durante todo ese tiempo se impulsaron muchos proyectos, ¿qué queda de todo aquello?
DA: Me siento muy orgulloso de haber pasado por el Ayuntamiento y de los proyectos que se realizaron. Desde que llegué mi primera obsesión fue la enseñanza, mejorar la escuela, que funcionara también como la republicana. Casi todos los grupos escolares existentes son de aquella época; primero fue El Chorrillo, después El Castillo, luego San Bartolomé, después la Academia, este último todo un hito porque era bachillerato, después vino Juan Caraballo. Era una época muy difícil, no había solares, había problemas para dotar, pero se consiguió. Es curioso pero nunca nadie me ha felicitado por este tema, se me ha reconocido más como médico, pero el otro día una persona mayor me saludó en la calle y me agradeció este tema, lo recordaba como algo muy importante que había pasado en su vida, haberse escolarizado en su momento gracias a las escuelas creadas en aquella época. Un gran proyecto fue el de comprar 200.000 metros en la zona del Patriarca, algo que en aquella época era muy complicado y que costó una suma muy importante, 8 millones de pesetas. Mi idea era haber hecho allí una Ciudad Universitaria. Hubo muchos más proyectos, fue un paso muy importante para Mairena. Se terminó de poner el agua y el alcantarillado para todo el pueblo, asfalto para todo el pueblo. Pero lo más importante para mí y de lo que me siento más orgulloso es de todo aquello que se hizo por la enseñanza, por la escuela en Mairena, algo que hice sin dinero. Compramos apenas sin dinero la Colección Bonsor, que quedó para el Ayuntamiento, quisimos comprar el Castillo pero no había para tanto.

JMB: ¿Fue la española una transición ejemplar?
DA: Mi postura es muy distinta a la que mucha gente cree. Cuando nombran presidente a Adolfo Suárez, persona a quien conocí, me pregunté que cómo era que lo nombraban, pensaba que era el que menos valía de entre los posibles candidatos, era una persona manipulada. En ese momento la situación es la siguiente, yo alcalde, del régimen, y el que han nombrado considero que es un desastre. Había gente más preparada, me di cuenta que habían elegido a un “pelele”. Vi los avatares de la Constitución, yo era un patriota y pensé que la Constitución era mala y que iba contra España, la consideré una mala Constitución. Yo trabajé lo posible para que no saliera esa Constitución, votamos en contra de ella, pensé que ya no tenía sentido que me presentara más a las elecciones. Pienso que a Suárez se le escogió para que desmontara el régimen, no para traer la democracia. Incluso la jerarquía eclesiástica se pronunció sobre este tema. El cardenal Primado D. Marcelo González Martín redactó un documento en donde dijo que los católicos no tenían por qué votar la Constitución como una obligación moral. La Monarquía la trajo Franco, no la trajo Suárez. Yo no es que sea muy partidario del Rey, no vale para la unidad de España, en el fondo soy un poco republicano en este sentido. Yo no era muy franquista, me hice franquista después.

JMB: ¿Por qué ahora parece que hay que ir a una segunda transición? ¿Hubo más heridas abiertas que no se cerraron?
DA: Lo que se hizo se hizo mal, ese es el sentido que hay que darle. 17 Parlamentos, 17 presupuestos, es una barbaridad. Hubo heridas, cierto. España fue el único lugar de Europa en donde se derrotó a la izquierda. Los fusilamientos fueron malos en ambos lugares pero había que enterrar todo aquello. La llamada en Mairena noche de los tiros, la noche del 19 de julio de 1936, fue una noche larga pero realmente la gente no sabía que estaba ocurriendo. Se habían repartido armas para que en cada esquina del pueblo se estuviera disparando y de esa manera se disuadía a la gente de salir a la calle. Cuando nos levantamos por la mañana vimos que todas las iglesias estaban quemadas. Pasó el tiempo y todos nos olvidamos, el país se puso en marcha.

JMB: ¿Qué le pareció la iniciativa del Juez Garzón de abrir una causa contra el Franquismo?
DA: Yo viví aquel tiempo, en el 35 tenía yo 8 años, era muy joven pero tenía ya presente lo que ocurría. Tuvimos una guerra civil, una barbaridad, las consecuencias fueron terribles. En Mairena no hubo fusilamientos, hubo bando de guerra, se los llevaron a Sevilla. Fue todo trágico, en Alcalá y otros lugares. En Arahal a los Arias de Reina* los quemaron en la plaza pública, luego hubo venganza. Garzón no conoce, es un ignorante. Mi padre fue republicano, concejal de la República, luego lo metieron en la cárcel los propios republicanos por haber defendido en aquella democracia a los partidos de derecha. Yo soy un patriota, la primera canción patriota que yo canté fue en la época de la República. Esto es una paradoja, en aquel momento se cantaba con verdadera unción. Todavía me acuerdo de su letra (canta emocionado suavizando el tono): “la noble España (…) en cuyos dominios no se pone el sol (….) viva la Nación”.

JMB: Después de más de 30 años de democracia ¿cuál es su opinión sobre el presente y el futuro de la misma?
DA: Si seguimos por los cauces por los que vamos ahora lo veo muy mal. La Ley D’Hont como método electoral es letal. Tiene que haber un pacto entre los grandes partidos, lo primero que hay que hacer es marginar a esta gente (en referencia a los partidos nacionalistas, cuyas posiciones radicales y extremistas pretenden disolver a España).

JMB: Entonces, ¿España como nación tiene futuro?
DA: Con las Autonomías no, es que no nos ponemos de acuerdo, es una entelequia, es una barbaridad. Lo primero que se discute es el idioma, es una barbaridad. Es indignante… (afirma como sin creerse lo que está ocurriendo en España), son cosas que no puedo someter a juicio ni votación, en ese caso no soy un demócrata.

JMB: ¿Siguen siendo la Feria y el cante Flamenco dos señas de identidad para Mairena?
DA: Hemos sobresalido por eso, pero hay muchas más cosas a lo largo de la historia. Sin ir más lejos y porque la calle está aquí junto a nosotros, la calle Juan María Coca. Juan María Coca Saavedra fue un mártir, fue un sacerdote de Mairena al que martirizaron y dieron muerte en el pueblo de Lora del Río durante la Guerra Civil. Su hermano fue médico, era del entorno del famoso Dr. Marañón. Yo accedí a poner una calle a este sacerdote asesinado a petición de la Hermandad Sacramental. Pero no hay ningún movimiento sobre Juan María, para sacar su figura, podemos estar ante un santo que haya sido elevado a los altares y no tenemos conocimiento de ello. (Puede leerse la historia de Juan María Coca en la sección de historia de la web http://www.mayrena.com).

JMB: ¿Cómo ve a la juventud?
DA: La veo mal, sin ideales, en mis tiempos sí los había. El hedonismo, el narcisismo y pare usted de contar. Es un desastre. Para que esto cambie hace falta transformar muchas cosas, la educación, la formación, etc.

JMB: Hay que cambiar la educación, ¿qué opina?
DA: La educación en este momento es en general otro desastre. Comprendo que no ha de haber educación del espíritu nacional, pero en todas las aulas debería haber una bandera de España, cantar una canción, esto se hace en todo el mundo menos en España, aquí como en otros desastres somos más adelantados que nadie.

JMB: ¿Entiende que Mairena se está desarrollando y modernizando convenientemente?
DA: Me parece que no. Donde falta la cultura, y es que falta, se desarrolla económicamente, pero todo materialista, no hay nada de cultura, y sin cultura no vamos a ningún lado, por ejemplo, no podremos cuidar este nuevo patrimonio si no tenemos cultura, no podrá haber valores si no hay cultura.

JMB: ¿Qué habría que hacer que no se ha hecho?
DA: Tratar de formar a la juventud pero no desde un punto de vista mercantilista. Hay que educar a la misma desde un punto de vista humanista, que el individuo sepa un poco de todo, que domine la lengua, la literatura, la poesía… (en ese momento D. Agustín comienza a recitar poesía, versos pronunciados con extrema delicadeza y cuidado, sabiendo que trozos de hermosura que salen por su boca. Durante su declamación, que dura varios minutos, sus ojos reflejan la emoción y brillan con lágrimas de nostalgia. D. Agustín demuestra tener una fina inteligencia, una mente prodigiosa y clarividente, sensible ahora al arte poético, el cual domina). En España funcionó muy bien el Plan Cíclico de Enseñanza, era una maravilla.

JMB: ¿Cuándo dejará de ser Mairena el pueblo que todos conocemos?
DA: Cuando desaparezcan las pequeñas cosas ancestrales, que desgraciadamente van a desaparecer, todo el mundo parece estar empeñado en ello. Por ejemplo, los Autos sacramentales, de tres que había queda uno, solamente el Sermón de Pasión, que se representaba en Jesús antes de salir, los otros dos, uno de ellos el del Descendimiento, desaparecieron. Es muy curiosa una anécdota de aquella época relacionada con el Sermón de Pasión. En su texto cuando moría el Señor se necesitaba representar de alguna forma lo que ocurrió en tiempos de la muerte de Jesús, los temblores de tierra, los truenos, como cuenta la Biblia. Como no se podía hacer nada parecido, desde tiempo atrás llegado a este punto se imitaba a los truenos pegando dos tiros al aire, fue lo que se inventó. Por aquel entonces mi señora preparaba a los más jóvenes para la Primera Comunión y, lógicamente, lo mejor que conocía de la vida, pasión y muerte de Jesús lo conocían a través de los autos sacramentales. Tan es así que mi señora le preguntó a una chica: ¿de qué murió Jesús?, a lo que ella respondió “de dos tiros”. Hasta ahí había calado el auto sacramental (Don Agustín recuerda con risas aquella simpática anécdota).

JMB: Como médico en Mairena usted es recordado y hasta añorado por mucha gente, ¿qué recuerdos le vienen a la memoria ahora que le hablo de esto?
DA: Lo primero que tenía que hacer uno, lo más difícil, era diagnosticar, había que hacerlo sin análisis, había que hacer verdadera elucubraciones intelectuales… y luego curar a la gente, lo más importante. Llegué a diagnosticar a primera vista, me convertí en un experto en esto porque desarrollé esta habilidad en tiempos en donde la medicina poseía pocos medios. He diagnosticado hasta por teléfono. A los enfermos de Malta los diagnosticaba por el olor. Había muchas epidemias. Hay algo de lo que me siento muy orgulloso, siendo médico, aún no era alcalde, hubo un año un foco de tifus, en un área determinada del pueblo. Había una casa familiar un pozo y un día me ofrecieron agua, ellos decían que era mejor que la de Alconchel, que por aquellos entonces era decirlo todo sobre un agua. Yo me di perfecta cuenta de que la que había provocado esa infección era el agua de aquel pozo. Todo se arregló, hubo que clausurar aquel pozo. Mi profesión por encima de la de alcalde fue la de médico, ni dejé de estudiar, ni de prepararme para ser cada vez mejor médico.

JMB: D. Enrique López Guerrero, quien fuera párroco de Mairena, se retiró hace un año dejando 51 años de labor pastoral y social en Mairena. Usted, que ha sido también protagonista durante todo ese tiempo, ¿qué opinión tiene de la labor de D. Enrique durante estos años?
DA: Una opinión positiva. Yo lo defendí siempre, tuve muchos encuentros o choques con él, no siempre coincidíamos. D. Enrique es muy impetuoso defendiendo sus posturas, yo probablemente también, esto nos lleva a tener posturas diferentes en torno a ciertos temas, pero luego nos reconciliábamos. La labor de D. Enrique ha sido buena. Él no fue amigo de muchas cosas tradicionales que teníamos en Mairena, nos quitó cosas tradicionales como el Sermón del Descendimiento, las coplas de Ánimas; lo paradójico es que hoy en muchas misas se cantan sevillanas y, sin embargo, se nos quitó esto que era tradicional.

JMB: ¿Qué recuerdos tiene de otra familia protagonista de la historia reciente de Mairena: la familia francesa De Chiris?
DA: Entrañables recuerdos, muy buen trato. Yo era su médico, me anteponían a los médicos franceses. Tuve aciertos médicos con ellos y eso me dio mucho valor para ellos. Isabel queda ahí, la vimos crecer, luego también a su hermano. Eran protestantes cuando llegaron a Mairena y luego se convirtieron al catolicismo, en tiempos de D. Enrique Pruqquer. Eran muy altruistas, hicieron muchas obras buenas.

* Nota: seis miembros de la familia Arias de Reina junto a otras personas del pueblo, entre ellos el farmacéutico, el maestro sastre, el cura, un herrero, en total 23 personas, fueron conducidas el día 22 de julio de 1936, en una serie de detenciones caprichosas dirigidas por un comité revolucionario a un estrecho calabozo en donde estaban hacinados. La fuerzas de Franco se dirigen hacia el pueblo y los revolucionarios antes de ir a esconderse a las sierras limítrofes introducen gasolina por la pequeña ventanita y, entre insultos proferidos a los indefensos presos, arrojan fuego para que los apresados se quemen vivos. Así ocurrió, murieron todos a causa de las horribles quemaduras menos el sacerdote. Es estremecedor el relato de los hechos que hace este sacerdote de Fuentes de Andalucía y párroco de Arahal desde hacía 5 años, D. Antonio Ramos quien, a pesar de las importantes quemaduras de tenía en extremidades, pecho y cara no llegó a fallecer. Cuenta: “Todo aquel calabozo una hoguera, y en ella, locos por el dolor y el espanto, los infelices sentenciados a la muerte más cruel que pudiera discurrir el odio (…). Comprendí que la muerte llegaba, misericordiosa para todos, para librarnos de aquel momento, y me dispuse a cumplir mis deberes sacerdotales. Saqué un Crucifijo que llevaba en el bolsillo del chaleco, y entre los gritos de horror, elevé mis manos, absolviendo a los que morían quemados en aquel horror. Pedí a Dios piedad para todos, y alcé mis manos que ardían, trazando la señal de la cruz con esta pobre llaga que era mi mano derecha”(Enlace a archivo PDF del ABC, 25 de julio de 1936, pág. 3).

4 comentarios sobre “Entrevista a D. Agustín Jiménez Jiménez-Vallejo, médico y ex alcalde de Mairena del Alcor

  • Una gran persona y un gran medico tal es asi que madaba al hospital a pacientes diagnosticados que los mismos medicos del hospital al recibir el paciente con el volante del diagnostico no podian creer como sin medios D.agustin podia saber el diagsnostico. y decir (teneis en el pueblo un pedazo de medico).

    Respuesta
  • Estoy totalmente de acuerdo con José Sánchez Marín.
    Espero que el Excmo. Ayuntamiento lo apruebe.

    Respuesta
  • Yo creo que tendria que tener una calle en Mairena, que a todos no les gustara, bueno, pero el trabajo mas por Mairena que muchos que tienen una calle

    Respuesta
  • mi mas sentido pésame a la familia de don agustín por su marcha a una vida mejor.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *