Put… Hipocresía

La hipocresía es el auténtico vicio de nuestra sociedad. Esa maldita actitud se apodera de toda la chusma que se asoma a las televisiones y medios de comunicación con aires de grandeza y popularidad, acaparando minutos de basura y descrédito. Chusma que procede de todos los ámbitos y a los que últimamente hay que añadir a individuos e individuas (aquí no se escapa nadie) que se dedican a la política.

Respecto de éstos últimos, el que les escribe ha tenido y tiene bastante contacto con estos profesionales del ámbito autonómico y local, aunque no tanto del estatal. Sin embargo, el día a día que ofrecen los medios de comunicación (y hay que leer varios porque como te encorsetes en uno vas “aviao”) reflejan una visión de sus rasgos de identidad, de su altura y cualificación profesional y de su capacidad de gestión y administración. Por eso puedo decir con conocimiento de causa y plena responsabilidad, que los políticos de la Administración local merecen una consideración distinta que los autonómicos y estatales; no se si es porque se dedican más directamente a la gestión, que lo es; quizás porque sus peleas y acusaciones barriobajeras tienen menos eco en los medios de comunicación, que también; o porque tienen el aliento del ciudadano más cercano al cogote que los miembros de los parlamentos autonómicos y estatal escondidos en sus escaños, que cuenta bastante.

La hipocresía refleja una actitud de inconsistencia en los argumentos que se defiende, una bajeza moral que raya lo indecente, una aureola de bien al prójimo y servicio a la sociedad que se queda en el simple y rastrero provecho propio. La hipocresía se traduce en manifestaciones y proclamas populistas, con una profunda insensibilidad y desprecio a los ciudadanos a los que se pretende tomar por gilipollas, presuponiendo que la capacidad de pensar, relacionar, deducir, argumentar no les ha sido atribuida y que por simple ideología rancia o seguimiento popular han de asentir y aplaudir sus opiniones.

Chusma de hipócritas que, después de robarnos a todos con escándalos casos de corrupción, pretenden hacernos ver que ninguna responsabilidad les es imputable, ni a ellos ni a sus organizaciones. Chusma de hipócritas que se rasgan las vestiduras solo cuando hay que atacar y vilipendiar al que no es de su cuerda, pues cuando ocurre lo mismo bajo la responsabilidad de los suyos, ni proclamas, ni mensajes populistas, ni pancartas, ni poy …a te veré.

Chusma que se han lucrado de los bancos publicitando que nos hipotequemos hasta el cuello para ahora defender al hipotecado por meterse hasta el cuello; chusma que abanderan pancartas a favor de los que pierden las viviendas y no asumen su responsabilidad para poner fin o paliar el problema facilitando viviendas a los más necesitados.

El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia anulando una ordenanza municipal que prohíbe el uso del velo integral (burka) en los espacios municipales de Lérida en base a que el Ayuntamiento carece de competencias normativas reguladoras de la materia, deduciéndose de la misma que el poder legislativo estatal sí podría dictar una ley en tal sentido. Es decir, la herramienta de la Ley, en manos de los poderes estatales y autonómicos se constituye en el arma fundamental para solucionar los problemas sociales.

Y respecto del problema de los desahucios, las competencias exclusivas de vivienda las ostenta la Junta de Andalucía y concretamente la Consejería de Fomento y Vivienda, a la sazón en manos de Izquierda Unida. Por otro lado, las competencias en materia de valoraciones en los supuestos de expropiación forzosa las ostenta el gobierno estatal, en manos del Partido Popular.

En la siguiente entrega concretaremos posibles soluciones en base a la herramienta de la ley sirviendo estas líneas como simple desahogo. Hasta entonces, seguiremos rodeados de hipocresía.