Siempre vivirá la ilusión

Una jornada espléndida se levantaba, para que solo hubiera que preocuparse por concluir detalles y pasarlo bien. Sobre las 17h, la comitiva partía de la Casa Palacio en su tradicional recorrido a pie, examinados por las cientos de miradas curiosas y fascinadas.

reyes14La finalización del Evangelio de la Epifanía, a cargo del padre Antonio, ponía a sus majestades rumbo desde la plaza Antonio Mairena al pabellón Miguel Ángel Gómez Campuzano, desde donde la Cabalgata partía entre ríos de papelillos, mucha música y alboroto generalizado. Contribuían, especialmente, la banda de Peñaflor abriendo el cortejo, así como las charangas y batucada de cada rey, que acompañó al incesante baile de los beduinos.

Así, los participantes se abrían paso flanqueados en cada tramo por una multitud que clamaba la atención, sobre todo, de las cinco grandes figuras. Deseosos de responder a la llamada, estos echaban mano a las alforjas para lanzar lo que encontrasen. Ya avisaban en la previa, nada de despilfarros, sí mucho de diversión.

Son las claves (imperativo, más bien) de los 5 de enero que están teniendo lugar en el marco de la crisis. Más aún, debería ser una constante. En la percepción colectiva, el acceso al trono no ha venido determinado por la ilusión, sino por la cuestión económica, algo que ha derivado en dificultad para encontrar candidato al trono. Al fin y al cabo, la imagen que debe primar es la de una cara sonriente.

En el capítulo de incidencias, la hermandad de La Soledad sufrió una avería en su carroza que le obligó apartarse del recorrido en los primeros episodios de este, si bien la ausencia duró unos tres cuartos de hora. Después pudieron completar el itinerario con normalidad, para beneplácito de la organización y, sobre todo, de sus jóvenes protagonistas.

A continuación, un breve resumen de la jornada.

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