Se rechazan los recursos de ACOIMA y la Cámara Agraria contra la subida de impuestos

JoséLuisArias
José Luis Arias.

ES HISTORIA. Ocurrió el 30 de diciembre de 1995. El Ayuntamiento de Mairena del Alcor reunido en pleno extraordinario aprobó definitivamente la subida de los Precios Públicos, Impuestos y Tasas Municipales, tras desestimar los recursos en contra de la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales de Mairena del Alcor (ACOIMA) y de la Cámara Agraria Local. Esta medida, que entraba en vigo en 1996, fue aprobada con los votos de POSE e IU.

La subida de impuestos suponía valores que oscilaban entre el 23% para la recogida de basuras y el 48,4%  del Impuesto de Bienes Rústicos, hasta llegar a la subida más alta, un 122% para la cesión perpetua de panteones.

El recurso de ACOIMA, firmado por Javier Pérez Espinosa, representante legal de la asociación, solicitaba la anulación de la subida, alegando que «al no ir acompañado de los gastos que conllevan dichas prestaciones de servicios mediante un presupuesto razonado, no es posible calcular la repercusión que dicha tasa ha de representar en cada sujeto pasivo o contribuyente». A este respecto, Antonio Corrales Lara, Interventor del consistorio, señalaba que «ha habido un estudio de los costes de cada servicio que se ha subido».

Junto a este punto, ACOIMA apelaba también a las «razones morales que han de hacer meditar a todos y cada uno de los partidos«, refiriéndose al compromiso electoral de todas las agrupaciones locales de no subir la presión fiscal por encima del IPC. Por su parte, Corrales indicaba que «la Ley establece unos límites en cuanto al tipo de gravamen que se puede aplicar, pero no dice que no se suba más del IPC».

En el recurso presentado por la Cámara Agraria, su presidente José Luis Arias Carrión, señalaba que en el Impuesto de Bienes Rústicos, un incremento puede resultar muy perjudicial para los agricultores maireneros. En el escrito se indicaba que a la difícil situación que actualmente pasaba el sector debido a la sequía, se le une el hecho de que en nuestra localidad el agricultor «no recibe del Ayuntamiento prestaciones de ninguna clase». En este sentido Arias se quejaba de que se estaba dando una situación discriminatoria «por agravio comparativo con otras poblaciones de la comarca que no suben más de 3,5 por ciento».

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