Pudo ser mejor… Pudo ser peor

vivacable-newSin un presupuesto exorbitante y con la responsabilidad de mantener el legado de Antonio Mairena, así se han presentado estas últimas ediciones del Festival. El planteamiento a veces sale bien y otras no tanto, pero se podría decir que, en esta ocasión, ha superado la prueba. La primera pista la arrojaba una panorámica al patio de butacas, más lleno que el año pasado.

El periodista Antonio Ortega, cuya flamenquería y naturalidad ya cayeron bien la anterior edición, repetía como presentador. No empezaba mal la noche con Cancanilla de Marbella y Chaparro al toque. Con la seguirilla que dedicó a Marcelo Sousa estuvo más que correcto. Por tientos-tangos y bulerías (que terminó bailando) dejó buen sabor de boca en parte del público, que lo despidió de pie.

A Tía Juana la del Pipa la presentó Ortega como una de las últimas mohicanas del cante gitano. Acompañada por Diego del Morao y ataviada de forma elegante con traje blanco de flecos, con los tientos-tangos ya hizo alarde de esa voz «rota, que araña» a la que se refiriera el presentador. O «cascá», según quien opine… Siguió por soleares cuando el fresquito pedía ya sacar la pelliza, para seguir luego con unas seguirillas cortas de su tierra, de Jerez. No podía terminar de otro modo, pues, que por bulerías, pataíta incluida.

El Pele ejercía como gran figura y comenzó su actuación con una zambra caracolera. Hizo alarde de sus cualidades por soleares y malagueñas y cantes abandolaos mientras que su acompañante, Manuel Silveria, mostraba que también de guitarras iba la noche. Continuó por alegrías y remató su actuación por seguirillas, las de una cantaor que lleva décadas en los escenarios, que se sabe y se siente artista.
Festival2014

Homenaje a Luis Soler

Antes del descanso, el público que no salió corriendo a la barra del bar fue testigo de un nuevo homenaje, esta vez al flamencólogo malagueño Luis Soler Guevara. Fue Antonio Carmona, presidente de la Fundación Antonio Mairena, quien repasó en primer lugar la trayectoria de quien es una eminencia dentro del mundo del cante, por el lado de la investigación. De su trayectoria, ampliamente reconocida, destaca su análisis riguroso de la obra mairenista (a mencionar también a Ramón Soler). Tiene en su haber libros como Antonio Mairena en el mundo de la seguiriya y la soleá o Los cantes de Antonio Mairena.

A las palabras de Carmona se unieron las de Manuel Rodríguez Pallarés, que le entregó el Panadero en nombre de la Peña Flamenca Alcalá; José Luis Vargas, que hizo lo propio con un detalle en nombre de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras y Ricardo Sánchez, alcalde de Mairena, que leyó parte de la propuesta aprobada en pleno el pasado mes de febrero de apoyar su candidatura a recibir la Medalla de Andalucía. Bien lo valdría, explicó el primer edil en la lectura de la moción, su intenso trabajo en pro de dignificar, enaltecer y expandir el cante flamenco.

No cabe duda de la importancia de reconocer la trayectoria de personalidades cuyas aportaciones han sido clave en la historia del flamenco, patrimonio universal, como es el caso de Luis Soler. Sin embargo, habría que repensar el formato de este tipo de homenajes que se hacen extensos y reiterativos. El mismo homenajeado, aunque reconociendo cierta dificultad, fue quien consiguió poner la nota más emotiva, a través de la lectura de un sentido poema a Antonio Mairena y un mensaje para instituciones y organizaciones competentes: proyectar continuamente la obra del maestro en días en los que tenemos problemas de comunicación y entendimiento, ante los que un lenguaje común haría a los pueblos caminar por el mismo sendero.

La segunda parte

Media horita de rigor para el también necesario alterne que conlleva cualquier noche flamenca que se precie. A la reanudación, el baile de Junco. Tan y alto y espigado como es, tiene la capacidad de bailar fino y elegante. Así lo demostró por soleares y, como aditivo, terminó cantando en el final por bulerías.
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Festival2014cañetaLa sorpresa de la noche la dio La Cañeta de Málaga, con Antonio Soto al toque. Cualquiera lo hubiera dicho después de que el presentador hiciera referencia a su año de nacimiento allá por el 1932. 82 años, sí. Y todo un torbellino lo que apareció en el escenario. Comenzó con bulerías por soleá, hilarantes anécdotas y ocurrentes comentarios que contribuyeron a que se hiciera dueña del auditorio… literalmente («¿No podéis apagar un poquito, hijo?»). Tangos de su «mama» la Pirula y el Piyayo, fandangos de los que se hace su marido y bulerías. Bailó y cantó durante la práctica totalidad de la actuación, enchufando al público en cada cante y mostrando una energía festera que lo hizo ponerse de pie al finalizar. «Sembrá».

Manuel Castulo con el Niño Elías al toque fue el responsable de cerrar la noche. Livianas, soleá apolá, malagueñas y romance. Se acordó de Calixto Sánchez y de toda la Casa Mairena, Curro, Manuel y Antonio y por ser el mairenista de la noche, por lo jondo de sus cualidades o por el gran año que lleva, su esperada actuación se hizo muy escueta. Eso sí, sobresalió en la ronda de tonás, el fin de fiesta mairenero, en el que ya no estuvo La Cañeta.

Castulo estará el próximo 16 de septiembre en la Bienal de Flamenco de Sevilla con su espectáculo El corazón por la boca. El Festival volverá el año que viene, con la esperanza (y el trabajo) de que se pueda alcanzar lo sublime.

4 comentarios sobre “Pudo ser mejor… Pudo ser peor

  • Yo estuve en el festival y me aburrio. Cierto es que no entiendo nada de cante. Solo se si algo me atrae o me gusta o no. Otros años ha habido uno o varios cantaores , mejor dicho, cantes que me han gustado,’sin entender algunas veces que palo era. A eso le’llamo yo «pellizco».
    Este año no he tenido esa sensación. Alguno no se que hacia en el festival de Mairena. Creo que cuando se contrata a alguien hay que decirle que se espera de él y que tipo de cantes debe cantar, como a cualquier profesional.
    Tambien pienso que se debe contratar siempre a una primera figura que traiga y tres «escoltas». No creo que con solo segunda se beneficie el cante y el festival (cuando digo segunda no lo digo peyorativamente, todos sabemos a que me refiero).

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  • Buenas tardes,
    Lamento que no le haya gustado la crítica del Festival. Respeto su opinión, pero de igual modo, le contesto algunas cosas…
    En primer lugar, soy periodista y trabajo en este medio de comunicación local, por lo que me considero con autoridad y con respaldo suficiente (fruto de mi trabajo) como para escribir una información relativa a un evento de gran relevancia en la localidad.
    Ciertamente, yo no poseo grandes conocimientos de flamenco, por ello intento asesorarme y recopilar opiniones, reflejadas también en el texto. Al fin y al cabo, no siempre y exclusivamente es cuestión de sapiencia, sino de gustos. Gustos y predilecciones por el cartel, por las guitarras, por los cantaores y por todo lo que conforma un Festival. También por las voces. Un periodista no siempre va a saber de todo lo que tenga que escribir, por lo que se valora aún mejor que cuente con fuentes e intente escuchar. Y lo intento.
    ¿Paso de puntillas por el homenaje a Luis Soler? Por hablar de cantidad, ¡le dedico prácticamente la mitad del texto! Y digo que fue extenso y reiterativo. No entiendo… pero si soy destructiva, ¿a la vez me quedé corta?
    En fin… No me voy a molestar en contestar palabra por palabra a todo lo que dice. Entre otras cosas, no lo considero tendencia a la destrucción. Se trata de una manera de entender el cante y defenderlo a través del tiempo de manera incansable pese a las tendencias, opinando cuando haya que opinar. Lo digo por los maireneros en general, los que tienen “tendencia a la destrucción”, según usted. Que, por cierto, el que viene a Mairena sabe que el “fin de fiesta” (referido a lo que ha precedido al momento del cante por tonás) es el que es y es el que ha sido porque gusta.
    Critique lo que quiera. Yo seguiré escribiendo con más o menos acierto, pero escribiendo para aprender porque siempre estaré aprendiendo (en este sentido, le agradezco su opinión), intentando hacerlo de forma rigurosa (SÍ) y profesional, describiendo lo que se ve y cómo se ve, sin escudarme en un estilo medroso de personas como usted. Es eso, cuestión de estilo y, si no le gusta, ¡no sufra! Le basta con no volver a leer lo que firme, como quien nunca más vuelve a escuchar a un cantaor.
    Sara.

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  • Sorprende la autoridad con la que la redactora de este artículo habla de flamenco sin ser una experta y la ironía que utiliza en algunas de sus reflexiones. El periodismo requiere rigurosidad informativa, el elemento de la información más irrenunciable y no es cierto que la voz de Juana la del Pipa estuviese «cascá», como deja entrever, quienes entienden de flamenco lo saben bien. Sería más acertado decir que se le rompió en la ronda de tonás, porque a cualquier entendido no se le escapa que es un atentado para la garganta de un cantaor salir de nuevo a cantar, tras haber actuado dos o tres horas antes, y entonarse por un palo tan dificultoso. La voz de Tía Juana es un tesoro, pero sufre también los estragos de la edad y nada más que por eso merece un respeto. Lo justo es juzgar su cante en el contexto y no de manera deliberada y sin argumentos, que es como aquí se le juzga. Cantar flamenco no es freír un huevo, su complejidad requiere un análisis más profundo del que en este artículo se hace. También se dice aquí que la ronda de tonás es un «fin de fiesta», ¿dónde está la fiesta en un cante tan solemne? Este artículo es un híbrido desorganizado en el que se mezcla la crónica, la crítica (para lo que hay que saber de flamenco y estar autorizado) y el artículo tendencioso de opinión. El Festival estuvo muy bien, fue clásico, como gusta en Mairena, y los cantaores dieron la talla, aunque no todos gustasen del mismo modo, que es algo normal y comprensible. El homenaje a Luis Soler fue lo peor, lo más criticable, y sin embargo la redactora pasa de puntillas por este asunto. No dice, por ejemplo, que los discurso fueron insoportable, y que se repitieron unos con otros y que todos leyeron el mismo currículo del señor Soler. Que todos los que intervinieron dijeron exactamente lo mismo. No entiendo la tendencia a la destrucción que ejercen los mismos maireneros. No les gusta nada de lo que se hace con el flamenco, pero tampoco aportan ideas constructivas. Se critica el cartel, la afluencia de público, a los cantaores y a la programación; así nunca crecerá la localidad de Mairena, ni atraerá público de fuera, ni turismo. Y este artículo, no ayuda a mejorar porque no argumenta nada de lo que se critica. El festival vive otro tiempo, guste o no a los maireneros, y si no se quiere quedar obsoleto tiene que arriesgar, pero para eso debe contar con el apoyo de la afición local y no con el ataque furibundo constante. Yo estuve allí el sábado y me gustaron unas cosas más que otras, por ejemplo, he visto que se le ha dado un giro de tuerca con la figura de un presentador que es diferente y que comunica, que no aburre, que no lee papeles, que es ameno y que sabe de lo que habla. Ha sido un acierto esta apuesta por Antonio Ortega. También ha mejorado en los tiempos de las actuaciones y en la intención de ofrecer actuaciones clásicas y con gente que tienen pellizco, otra cosa es que salga o no, como ocurrió el pasado año, pero eso forma parte del arte y del flamenco.

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