Emprende pronto, emprende en la escuela
La innovación o la creatividad que pueda expresarse en un aula son directamente proporcionales al tipo de docente que dirige el aula en cuestión.
No hay dos docentes iguales. Simplificando mucho podemos contemplar dos tipos de profesores: aquellos con los que la innovación y la creatividad fluyen con naturalidad y aquellos con los que sólo encuentran barreras, dificultando la libre expresión de las mismas.
Hace unos días intenté persuadir a un profesor sobre la importancia de introducir en el aula para fomentar el emprendimiento elementos cómo éstos. No estamos ante una cuestión baladí, se trata de una respuesta directa y segura a una de las competencias que la Educación Secundaria debe conseguir al finalizar la misma: sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. Este profesor, luego de escucharme, me dijo:
―Eso es una tontería, los alumnos terminarán creando una empresa de chucherías.
Desde hace mucho tiempo sabemos que la innovación se frena por barreras de todo tipo, una de ellas es la barrera de las personas. La historia que acabo de contar es un buen ejemplo de ello. Dime lo que hablas y te diré cómo eres.
Ni siquiera porque existe un mandato legal sobre el logro de competencias como éstas, determinados profesores hacen por incorporar acciones conducentes a la consecución de las mismas. ¿Pensarán que competencias cómo éstas se logran simplemente por estar 10 años escolarizados obligatoriamente?
Falta de conocimiento, seguridad en la zona de confort, cambio de mentalidad… lo cierto es que aprender a emprender desde la escuela sólo será posible si contamos con profesores que, como mínimo, no obstaculicen uno de los grandes objetivos que todo joven debería tener: emprender.