Entrevista con Andrés Sánchez Moreno, Pregonero de la Semana Santa

“COMO CRISTIANO PRACTICANTE HABLARÉ EN NOMBRE DE LA IGLESIA”

Con 75 años cumplidos, y “hombre de Iglesia de toda la vida” como a él le gusta definirse, a Andrés Sánchez Moreno le ha llegado por fin la hora de dirigirse al pueblo cristiano de Mairena del Alcor desde el lugar privilegiado como ningún otro que es el púlpito del templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Es tal la experiencia basada en su fe que atesora, que bromea con el sobrenombre por el que sus paisanos lo conocen, “El Sacristán”. No en vano éste ha sido uno de los cometidos que ha desarrollado a lo largo de su vida en torno a la fe cristiana, como también ha sido catequista, Hermano Mayor de La Humildad, y miembro de esta cofradía de nazarenos desde el año 1955.

¿Cómo se convierte usted en pregonero, Andrés?

Pues ni más ni menos porque yo mismo lo pedí. Llevo varios años con el deseo, y este año el Consejo me ha honrado con este regalo que agradezco enormemente, ya que todo han sido facilidades. Y mi empeño no es por orgullo, para mí el pregón de nuestra Semana Santa es la ocasión perfecta para ejercer de otro modo labor catequista. Ése es mi concepto de pregón, y con esa visión lo voy a ejecutar

¿Quiere eso decir que vamos a escuchar algo muy distinto?

La personalidad de cada pregonero condiciona su cántico, pero en mi caso tendrá sobre todo una función catequética. Lo enfoco así porque las hermandades son Iglesia, de hecho son las responsables de una expresión religiosa en la calle y popular, pero no por eso dejan de ser Iglesia. Con esos mimbres, todo el mundo tiene que saber que será una disertación muy religiosa centrada en la explicación de los acontecimientos de la Semana Santa.

¿Va a rehuir de la polémica? Porque en los últimos años algunos pregones han dado mucho que hablar

Mi intención no es polemizar, de hecho creo que no incluyo controversias en la hora larga de texto que tengo escrito. Ahora bien, irá pegado fielmente a las directrices de la Iglesia en todos los temas. No hubiera sido correcto sustraerme a los deseos de la Institución en cuyo nombre lo doy, ni de las directrices del Arzobispo Don Juan José Asenjo, que claramente recomendó que este cometido recaiga sobre personas comprometidas con Dios y la Virgen, e identificados con su obra en la Tierra, que es la Iglesia. Por lo tanto, centrado en la actualidad no necesariamente, pero sí comprometido al 100% con determinadas tesis que defiende hoy la Iglesia.

¿Qué me cuenta de la estructura del pregón?

Pues adelanto para todo el público que constará de cuatro partes bien diferenciadas. La primera versará en torno al Plan Salvífico de Dios, desde el momento mismo de la creación hasta nuestros días. En la segunda recordaré a los cofrades y todos los católicos el mensaje que la Iglesia quiere trasladarles como fieles. Luego, la tercera estará centrado en la Pasión según San Mateo, y será ahí donde incorpore a los misterios de nuestras cofradías. Por último, haré una exaltación a la Virgen como Madre de Dios, ensalzándola en todas sus advocaciones de Mairena del Alcor, nuestro pueblo.

¿Y de su estilo, qué me cuenta?

Pues que yo no soy hombre de florituras, así que será sencillo como yo soy. Eso no quiere decir que no incorpore partes en verso, que desde luego sí lleva como plegarias a las hermandades, y que espero guste y entusiasme. Tanto eso como todo en conjunto.

¿Está nervioso, temeroso de la reacción del público, o seguro de sí mismo?

Sé que hablo para un público aleccionado en esta materia, y eso me da tranquilidad. De modo que si todo sale como tengo planeado creo que gustará. Creo que mi fuerte es hablar con toda la fuerza de mi fe practicante. Así, parto de la base de mi intención de pronunciar el oficio pausada y tranquilamente. Me siento y encomiendo a las manos del Señor de la Humildad.

Para terminar, ¿cómo ve la Semana Santa hoy en día?

La veo bien pero no me gusta el desinterés cofrade durante el resto del año. El excelente ambiente de unión y trabajo de la masa estos días en la fe es magnífico, por eso creo que debiera mantenerse el resto del año y no convertirse en desinterés como en muchos casos sucede. Hay que participar todo el tiempo, que para eso somos cristianos.