Análisis del día después (de la debacle)
Voy a ser claro desde la primera letra: nos esperan tiempos difíciles, más aún que ahora. La situación afectará a una buena parte de la sociedad española, la inmensa mayoría, pero el desastre no afectará por igual al conjunto de sus responsables, aquellos que han tenido la responsabilidad directa en la caótica situación creada, esto es, los políticos.
Una aclaración antes de continuar. Cuando hablo de políticos la referencia es general. Es injusto meterlos a todos en el mismo saco, no todas las personas que se han dedicado a la política han tenido la misma responsabilidad en la crisis que padecemos, pero es lo cierto que aquellos que nos gobernaron (y aún gobiernan, algunos parece que por poco tiempo más y, otros, en Andalucía, con algunos meses más de tribulación por delante) han tenido una grave responsabilidad con su gestión de la cosa pública hasta llegar aquí. Queden exculpados algunos, señáleseles a otros como protagonistas del “empujón a la sociedad al agujero negro”.
Siendo así, me gustaría hacer un análisis de algunos serios problemas que tiene y que tendrá nuestro país y, por consiguiente, nuestro pueblo. Si bien es lo que pienso, también soy plenamente consciente, además de estar en el convencimiento, de que todas las posibilidades están abiertas hacia el cambio de rumbo, sólo necesitamos adoptar nuevas políticas y caer en la cuenta de que cierto modelo (fundamentalmente basado en gastar viviendo por encima de nuestras posibilidades) debe abandonarse pues lo contrario es cavar más profunda nuestra tumba (léase futuro).
1) ¿Por qué mandan los mercados?
En España el ingreso fiscal no da para pagar el gasto al que están sometidas las administraciones. Somos incapaces de gastar sobre lo que ingresamos y como necesitamos que alguien nos preste el dinero, ese dinero son los inversores, esto es lo que denominamos los mercados. Uno podrá criticarles, pero la solución es muy sencilla: cuadrar ingresos y gasto público, en cuyo caso dejamos de depender de los mercados. Entonces habrá que decir adiós a muchas cuestiones que son prescindibles: gimnasio público, piscina cubierta, centros cívicos, etc., en lugar de tener todo esto y luego anunciar recortes a lo verdaderamente esencial e importante: educación, sanidad y determinadas políticas sociales.
2) Gastamos aquí, paga la UE…
Se acabó el espejismo de las ayudas de la UE, para pagar todo esto, nuestra forma de vida, hay que recortar: qué, cómo y a qué ritmo. Sólo hay dos formas, no se conocen más: o las administraciones consiguen pagar menos por los servicios que prestan, o los retiran o recortan.
3) Obama acusa a Europa, pero…
La política económica de Obama está cargando de deuda pública el país, la deuda pública ya ha superado el 100% del PIB, unos 15 billones de dólares, y además esa deuda pública quien la está comprando de verdad es la Reserva Federal, que es la peor de las políticas y de ahí la desconfianza en el dólar y por qué el tipo de cambio entre el dólar y el euro en definitiva fluctúa pero no demasiado, la razón es que ambas monedas están muy mal manejadas.
4) Zapatero no se levantó cuando la bandera americana, pero acusa a Europa
Las afirmaciones de Zapatero de los últimos días son cuando menos curiosas: “que mande Europa y no dos o tres gobiernos”, o “que haya un Banco Central Europeo (BCE) que sea en efecto un banco que defienda la política común y a sus países”. Olvidó decir una cosa: si algún país no cumple con las reglas, y van varios así, algunos flagrantemente, qué hay que hacer con él. La respuesta la tenemos en lo que ha pasado hasta el momento: nada. Países que no cumplen y una Europa débil, así estamos ahora.
5) Bruselas responde a Zapatero, acto seguido…
La respuesta de quienes calman desde el BCE la presión sobre España no se ha hecho esperar: “España debe ayudarse a sí misma”. Esta discusión ha llegado cuando el interés marginal tras colocar el Tesoro Público 3.562 millones de euros en obligaciones a 10 años ha llegado al 7%, el más alto desde 1997. Europa echa una mano, pero el problema es interno.
6) La lacra del desempleo
Uno de los grandes problemas españoles. Doblamos la media europea con un 21’5%, unos 5 millones, Andalucía por su parte se consagra con un 31% como uno de los lastres más significativos. Igualmente nos quedamos sin futuro: el paro en el sector juvenil llega casi al 50%. Así pues quedan afectadas las políticas educativas: muchos jóvenes universitarios con varios títulos están en el paro, son el resultado de desastrosas reformas educativas, inclusión de materias inútiles (Educación para la ciudadanía) y la pavorosa ausencia total en los planes de estudio de elementos vinculados a la Empleabilidad. Así no hay futuro.
Con todo este panorama, más los episodios nacionales del tipo:
- Griñán y la magia de los EREs.
- Blanco y más bien vale una gasolinera.
- Rubalcaba abriendo la veda del faisán,
- y que llega cierto coraje para averiguar de verdad lo que pasó en la masacre del 11 de marzo de 2004…
… tendremos que hacer un esfuerzo-país para convencer a más de uno sobre la seriedad de España.
Pero queda cierto remate a esta historia de despidos procedentes. Rubalcaba y Chacón no se pueden ni ver, se echan el pan desde lejos, por eso no se entiende que el día 17 de noviembre, en un mitin en Barcelona, se dedicaran toda clase de arrumacos, mimitos como Carme los llamó, en lo que más bien pareció el beso de Judas para una “noche de sables” que parece que se vivirá el día 20 de noviembre, desde las 10 de la noche en adelante.
Sería interesante seguir de cerca el futuro del PSOE, consecuencia de a dónde lo ha llevado Zapatero, si no fuera porque la situación de emergencia pide dedicar todos los esfuerzos a la solución de los graves problemas provocados por la mala cabeza, la poca inteligencia, la falta de rigor y visión, algunas mentiras muy gordas y la irresponsabilidad de quienes nos han gobernado.
Creo realmente que donde hay que hacer verdadera conciencia es en el gasto de la administración y poner los mecanismos suficientes para controlar los ingresos-gastos.
El problema es que el tiempo perdido es irrecuperable, lástima de estos últimos cuatro años de gobierno socialista.
Las medidas tomadas por Zapatero han sido efímeras y lo único que han conseguido de ellas ha sido aumentar más la deuda, desconfianza en la UE y quitar credibilidad a a un país que a lo largo de su historia ha demostrado todo lo contrario.