El elefante del Rey y el gobierno de Mairena
Majestad, ¿qué le pasó al elefante? Más allá de la distracción semanal a la que nos tienen acostumbrados ya ciertos medios de comunicación viciados, la noticia no puede ni debe ser ésa. ¿Estaba muerto de verdad el elefante? ¿Y si sólo estaba dormido, apoyado en un árbol harto de valium y adormidera recetada por un veterinario botsuano mientras duraba el reportaje fotográfico real?
Noticias como éstas abren al alza las bolsas al igual que la Prima del Riesgo de nuestro país, que se juega mucho tras años de borrachera y desdén. Y, cómo no, abren debates sobre monarquías legítimas, repúblicas añoradas y democracias inservibles.
Pero es que el Riesgo es algo más que la Prima, aunque ésta imprima rescate prematuro y casi preventivo. Nuestro riesgo lo vivimos cada día, recortes incluidos que pueden sumir en la desgracia a mucha gente, aunque peor hubiera sido seguir gastando con una venda en los ojos por puro lucro electoral (lástima que esto quede fuera del código penal). Parece como que lo que no funciona es el propio país o la propia comunidad autónoma, encabezados por inviables políticos, cuyo jefe, el del Estado, parece no dar la imagen que nuestro patio necesita.
El elefante dormido o muerto es lo de menos. Lo importante es hacer comprender al monarca que no gobierna sólo, el primer servidor público necesita una carta de servicios urgente.
¿Y quién gobierna solo? Quedaba la Junta, pero el pueblo andaluz rompió el despotismo de ciertos mandatos extremos. En adelante ya veremos. En esto nos adelantamos en Mairena con un gobierno tricolor después de 19 años que uno después presenta una hoja de servicios con mucha matemática: servicio + participación = democracia+
Un año más tarde, buena parte de Mairena confirma un liderazgo compartido como forma de gobierno, oídos atentos al mairenero, respeto a la mayoría de distinta cuerda. La magia de la química ¿no?
Y en Mairena gobiernan muchos para todos, pero ¿quién dijo que esto fuera fácil? Comunicación, coordinación, equilibrio, sosiego, diálogo, compromiso y acuerdo. ¿Cuánto durará esto? Los ingredientes del buen gobierno están a la vista de todos, emanaron del pueblo que otorgó poder por las urnas, pidió un nuevo estilo, dio una oportunidad para el cambio y sugirió responsabilidad para cuidar con precisión microscópica la voluntad de mejora para un pueblo que necesita sosiego y prosperidad.
Ante la duda de que esta química tenga la etiqueta de “Consumir preferentemente antes de”, sería bueno que nuestros gobernantes fueran conscientes de que la estabilidad es más importante que ninguna otra cosa, un infarto en las relaciones de gobierno no puede traer más que UCI para el bienestar de los maireneros, cosa que durante los nubarrones que se avecinan puede ser letal. Hagamos todos del sosiego y la comunicación nuestra máxima.