Grecia o los límites del endeudamiento

Es bien sabido que los griegos de la Antigüedad no inventaron la economía, que es una ciencia humana que aparece en los siglos XVII y XVIII, aunque autores como Aristóteles o Jenofonte ya usaron el término “eco-nomía” para referirse a la “administración de la casa”, que es lo que Macario-Valpuestaprecisamente significa ese término. Cualquier padre o madre de familia sensato, aunque no haya estudiado, sabe que el abecé de la administración de una unidad familiar es que no se puede gastar lo que no se tiene, y que es un error endeudarse si uno no va a poder hacer frente a los compromisos contraídos. Es evidente que un Estado soberano tiene un margen de endeudamiento mayor que una familia, pero el principio sigue estando vigente sea cual sea el tamaño de la economía de la que hablemos. Si esto es tan evidente, ¿cómo es posible que los dirigentes de un país como Grecia hayan ignorado olímpicamente este principio? Es más, ¿cómo es posible que nuestros políticos, desde el PP hasta Podemos, consideren que ese creciente endeudamiento no es en realidad un problema tan grave? Los griegos del presente van a aprender ahora la lección. Esperemos que los españoles no la tengamos que aprender en nuestras propias carnes en un futuro próximo.

La salida de Grecia del euro, en caso de producirse, abre un abismo de posibilidades, ninguna de ellas buenas, sobre el que ni siquiera los expertos economistas se ponen de acuerdo. Sin embargo, más importante que hacer previsiones sobre el futuro es ahora interpretar correctamente lo que ha pasado, sin caer en deformaciones malintencionadas o sesgadas, como muchos están haciendo.

tsiprasLo primero es reconocer que lo ocurrido no es un caso fortuito ni de fuerza mayor. Los problemas de Grecia no se deben a una fuerza de la naturaleza desatada ni a una fatalidad irremediable; eso está claro. Tampoco es consecuencia de la malvada decisión de dos o tres políticos o banqueros, como infantilmente cree la izquierda, que es especialista en encontrar chivos expiatorios a los que criminalizar de todos los males. Por el contrario, se trata de una realidad ocasionada por miles y miles de decisiones erróneas acumuladas a lo largo de los años: la de los millones de ciudadanos griegos que han votado a opciones políticas (Nueva Democracia, Pasok, Syriza, Amanecer Dorado) que han sostenido y sostienen la insensata idea de que se puede vivir indefinidamente por encima de las posibilidades y que los demás tienen la obligación de financiar ese creciente déficit. Porque es un hecho innegable que la Hacienda griega ha sido durante todo este tiempo un coto sin vallar, con servicios sociales que no podía sostener porque eran desmesurados para su limitada productividad. Los ejemplos de los abusos son muy conocidos: personas que se jubilaban con cincuenta y pocos años, pensiones que se heredaban de padres a hijos, hospitales con plantillas de decenas de jardineros, coches oficiales con multitudes de chóferes: una corrupción que no afectaba solo a los políticos, sino que alcanzaba a grandes sectores de la población. La situación límite que se está produciendo ahora no es que Europa le reclame la enorme deuda que Grecia ha contraído, descomunal cantidad que se da ya por perdida; de lo que se trata es de dejar de echar dinero en el pozo sin fondo en el que se ha convertido ese hermoso país.

Ello no supone culpabilizar al pueblo griego en su conjunto por la situación creada. Han sido también millones los griegos que en todo este tiempo se han abstenido de participar de esas opciones insensatas y que nunca se han aprovechado de nada ilegal. Precisamente muchos que han trabajado duro durante años, se van a ver ahora con jubilaciones de miseria y con sus ahorros mermados o liquidados por el necesario reajuste que se tendrá que hacer. Y no piensen ustedes que la situación que se da en nuestra tierra andaluza es muy diferente a la que acabamos de describir, aunque queremos creer que aquí aún hay margen de maniobra. Pero deberíamos escarmentar en cabeza ajena y darnos cuenta de hacia dónde nos dirigimos.

Y ya que estamos con la imagen de la administración de una casa, podemos imaginar una película en la que el padre y/o la madre de una familia resultaran despedidos de su trabajo. Al reunirse con sus hijos, les dirían:

-“Hijos, tenemos que apretarnos el cinturón, porque ahora no podemos vivir con dos sueldos, sino con dos raquíticas prestaciones de desempleo. En consecuencia, en vez de jamón vamos a tener que contentarnos por ahora con mortadela; y en vez de ir a la playa, este verano nos quedaremos en la piscina”.

Entonces uno de los hijos podría decir:

-“Ah, no. Nosotros no somos responsables de que os hayan despedido y, por tanto, no tenemos por qué pagar la crisis. Nos costó muchos años de lucha el derecho a comer jamón y no vamos a renunciar ahora ese derecho adquirido. Además, la austeridad no nos va sacar de la crisis; así que te vas a pelear con tu jefe, con el banco y con el seguro para exigirle el mantenimiento de nuestro tren de vida, porque nosotros somos una familia soberana y no tenemos que plegarnos a lo que digan otros”.

Irresponsable es lo menos que le diríamos a ese niño, aunque tal vez lo disculparíamos por sus pocos años y su inexperiencia. Evidentemente son disculpas que no son aplicables a personas adultas.

La culpa de la situación griega no la tienen solo los griegos, pero el problema, como vemos, va mucho más allá de la culpabilidad.

Macario Valpuesta Bermúdez

Profesor de Derecho Romano

Universidad Pablo de Olavide

3 comentarios sobre “Grecia o los límites del endeudamiento

  • Los rescates a Grecia han sido para salvaguardar las pérdidas de los bancos alemanes y franceses. Te dejo dinero para salvar mis bancos y te impongo reformas para poder enriquecerme más, y como no quieres seguir asumiendo mi reglas, que no te han salvado ni te van a salvar de seguir siendo mi esclavo, te desprestigio y asusto a tu población mediante «corralito» y amenazas como echarte del euro si no tragas. Por eso se habla de la dignidad del pueblo griego, que además de tener las cosas claras tiene un buen par.

    Esto es el capitalismo: Dinero=Poder

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    • Comoooo, el correlato lo ha impuesto la UE?
      Me parece que usted no se entera de nada, además como papagayo dice lo mismo que los podemitas.
      Esto es muy fácil, ya lo escribe el articulista. El gasto no puede superar al los ingresos y si se tiene que pedir prestado hay que reducir el gasto para cumplir los compromisos. Grecia no ha hecho ninguna de las dos premisas. Pero como es clásico en la izquierda, la culpa siempre es del que ha prestado nunca del que no devuelve lo prestado y gasta por encima de sus ingresos.

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    • Menuda sandez sacada del manual de la izquierda mas trasnochada.
      Capitalismo-malo ergo marxismo-bueno. Pues vaya a preguntarle a los ciudadanos de los paises mas pobres de la UE si quieren seguir prestandole dinero a los griegos, pues al final es del bolsillo de esos ciudadanos (y del tuyo) de donde sale el dinero.

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