En la cuerda floja
Por Vicente de los Ríos
Que una sociedad competente, crítica y autoexigente, está cimentada sobre una Educación de calidad, no es ningún secreto, excepto para los ministros o los consejeros de turno, los mismos que cuando no ostentaban esos cargos, lo tenían muy claro. Cuando menos, curioso. Donde dije digo…
Son muchos los sectores socioeconómicos que están evidenciando que no era oro todo lo que relucía. Valga como ejemplo la sanidad, no por los sanitarios, que sí han demostrado ser de los lingotes más puros que atesoramos, a pesar de la mala gestión de tantos, o el sostén económico de este país, y más concretamente de Andalucía, el turismo, que ha dejado claro que no se puede jugar todo a una carta.
Al igual que los anteriores, la Educación se encuentra en la cuerda floja, un sistema defendido y atacado a partes iguales por gobierno y oposición, dependiendo del lugar que cada uno ocupa en cada momento, pero que ninguno, jamás, ha sido capaz de dejar a un lado sus siglas y remangarse para dotar de la dignidad que merece uno de los pilares fundamentales sobre los que se debe sustentar el futuro de nuestro territorio.
Una vez más, esta crisis sanitaria está mostrando, en este caso en Educación, la valía de los que deben tomar decisiones, y digo deben, porque el carrusel de improvisaciones, instrucciones y circulares vacías de contenido y pelotas volando entre tejados, demuestran que o no saben o no quieren, y realmente, no sé cuál de ambas situaciones me asusta más.
El buen funcionamiento del sistema educativo, no siempre puede recaer en el buen hacer y la voluntad del cuerpo docente, cada día más asfixiado por la burocracia, menos protegido y menos tenido en cuenta a la hora de acometer cambios estructurales en materia educativa, sino que debe estar apoyado y respaldado por las herramientas necesarias para que su labor tenga los frutos que la sociedad demanda.
Pero claro, ¿qué esperamos del quinto país europeo, por la cola, en inversión en eduación? ¿qué importancia y qué peso tiene la Educación en la confección de los presupuestos generales del estado o autonómicos?
Tenemos una oportunidad única para tomar decisiones que hagan de la Educación en nuestro país y en Andalucía, la vacuna que cure las grandes pandemias del futuro, dotando a la sociedad de los mejores anticuerpos, los más preparados y específicos para combatir enfermedades tan graves de la sociedad actual como el conformismo, la desidia, la desesperanza; en definitiva, la sumisión. ¿Es esta sumisión lo que le interesa a la clase política? Cada día estoy más convencido de que es así. Nos quieren pobres y analfabetos.
Tenemos la oportunidad de que nuestras aulas sean laboratorios generadores, no solo de conocimiento, sino también de inquietudes, la base del emprendimiento, que es lo que realmente hace que un territorio sea competitivo y socialmente responsable, pero esas aulas necesitan unas condiciones y unos recursos, personales y materiales, muy alejados de los actuales. Sin estas herramientas, seguiremos construyendo castillos de naipes.
Dinero hay. Que 23 países europeos inviertan mayor porcentaje del PIB en Educación que España, deja claro que el problema no es económico, sino de voluntad y de interés. Quizás el miedo para los diseñadores de presupuestos en altas escalas sea que invertir en Educación es invertir en ciudadanos críticos y esto puede hacer temblar cómodos sillones y bloquear esas puertas que tanto giran.
Ojalá llegue el día en el que todo no valga…