Poderoso Don Dinero
Por Vicente de los Ríos
Cuando se vive en un país que es capaz de planificar con minuciosidad que vuelva a rodar el balón, pero anda más perdido que Colón y su tripulación camino a las “Indias”, en Educación, es al menos indicativo de que algo no funciona bien.
A uno, que es futbolero, pero también es maestro, le preocupa que la lucidez de los gestores del mundo deportivo, perdón, del mundo del fútbol, sea más ágil y clarividente que la de los que tienen en su mano el futuro de esta sociedad.
Mientras los primeros son capaces de visualizar de manera cristalina que plantillas completas, con sus cuerpos técnicos, utilleros, personal de mantenimiento, de limpieza… convivan en “seguridad”, los segundos andan dando palos de ciego desde el primer día en el que se cancelaron las clases presenciales.
El recorrido de las decisiones en materia de Educación, puede llegar a ser el guión de un gran monólogo de la más desternillante comedia, sino fuera porque la administración sigue tratando a los centros educativos como grandes “parkings de niños” en los que las cinco primeras horas son gratuitas. Un poco de respeto, por favor.
Esto no pasa en el mundo del fútbol. Cualquiera tose a los grandes astros del balón o a sus forrados jefes, dueños o accionistas de empresas millonarias capaces de ejercer la presión suficiente como para que podamos percibir antes el olor de la hierba cortada, que el de la goma de borrar.
No veo yo a Del Cerro Grande ni a Gil Manzano indicar a Messi y compañía que guarden el metro y medio de distancia de seguridad. Lo mismo es que esos niveles sociales y económicos hacen inmumes a las personas, o mejor dicho, a los hombres, porque al fútbol femenino le han negado poder seguir jugando su liga en igualdad de condiciones que al de sus compañeros masculinos. Lo mismo tiene que ver con la rentabilidad que deja a esos jefes forrados y a los que toman las decisiones, más que con la necesidad de la vuelta de las competiciones deportivas.
Mientras tanto, familias, alumnado y esos que hemos estudiado una carrera para dotar a la sociedad de personas competentes y que gestionen los recursos públicos mejor que los que los gestionan a día de hoy, seguimos esperando el nuevo pase del monólogo de Celáa o de Imbroda.
Para la Ministra, nuestros niños pueden dar clase en septiembre en el patio del centro, “aprovechando el buen tiempo”. Lo del confort térmico y cómo influye en el rendimiento del alumnado, se ve que no va con Andalucía.
Por otro lado, tenemos a nuestro Consejero de Educación, Javier Imbroda, socio fundador del Instituto Oficial de Formación Profesional MEDAC, institución privada en plena expansión y con exponencial crecimiento en Andalucía en la actualidad, que en su afán de meter la tijera en Educación, y para evitar invertir en personal y recursos, prevé una vuelta normalizada a las aulas en septiembre. Un no parar de reír, por no llorar.
En fin. Poderoso don dinero…