“Se siente alegría, todo es como un renacimiento, todo es positivo”
El pasado 6 de junio puede que fuera un domingo caluroso, un domingo cualquiera para la mayoría de personas que nos leen, pero desde luego no fue un día más para Antonio Miranda y Antonio González, dos heroicos guardias civiles que salvaron la vida “in extremis” de una bebé de 16 meses que, de no haber sido por la decidida intervención de estos agentes, así como la actuación de varios profesionales de la salud, posiblemente hubiera perdido la vida por ahogamiento. La familia de la niña, desde luego, no va a olvidar esta fecha tan señalada en la vida y no escatima en elogios hacia sus “héroes salvadores”.
Miranda, habla con El Periódico de Mairena como interlocutor también de su compañero, Antonio González, gran amigo y compañero, con quien comparte uno de los episodios más felices de su extensa hoja de servicio. Con 51 años recién cumplidos, Antonio Miranda, natural de Zamora, simpático, elocuente y humilde conversador, nos relata en primera persona los hechos acaecidos en torno al triste episodio, con un final feliz, y se congratula de pertenecer a un cuerpo, el de la Guardia Civil, que a veces ha sido criticado, y al que tantas y tantas cosas tenemos que agradecer los españoles.
Según sus propias palabras, “estábamos prestando servicio siendo una tarde calurosa como corresponde al mes de junio. En torno a las 18:10 horas recogimos la tarjeta de repostaje del vehículo que teníamos asignado con la idea de repostarlo a la entrada de Mairena del Alcor. Llegados a la altura del bar Caché recibimos una llamada de la Central”. El aviso decía: “Acuda a la Urbanización El Campillo ya que en el lugar hay una niña fallecida por ahogamiento en piscina«. Tardamos en llegar, explica, “tres minutos, encontrándonos con una escena en la cual vecinos y familiares se abrazaban desesperadamente ante la visión de una bebé en el suelo cerca de la piscina a la cual un hombre estaba tratando de reanimar junto a una mujer”.
Ante tan desoladora escena, Miranda y González, “rápidamente nos acercamos y con gran templanza y sangre fría por nuestra parte corregimos la postura de la bebé a una postura de seguridad, así como la postura de la cabeza para que no pudiera tragarse nada en caso de vómito. Seguimos con la RCP y en un momento dado la bebé emitió unos leves sonidos apenas perceptibles que nos hicieron ver que salvar la vida de la misma estaba en nuestras manos. A los diez minutos aproximadamente llegó la ambulancia, retirándonos a un segundo plano para que la médica pudiese actuar. Giraron a la niña poniéndola boca arriba y seguidamente cuando procedían a entubarla la niña al sentir el tubo en los labios comenzó a llorar, momento en el que todos dimos un respiro. Sin más dilación, la bebé fue trasladada a la ambulancia donde vomitó el agua que había tragado para luego de ello y de forma rápida ser trasladada al Hospital Virgen del Rocío en su zona infantil, ya consciente y sabiendo que la bebé estaba a salvo, que ya no peligraba su vida, pero que tendría que estar en el hospital para hacerle pruebas y descartar secuelas”.
El feliz desenlace ha copado portadas y largos minutos en medios de comunicación, pero Miranda, humilde y modesto, redirige la atención. Sin dejar de mencionar un momento a su compañero, intenta bajar los pies al suelo, sin dejar que los elogios se le suban a la cabeza. Llevo casi 28 años en el Cuerpo así como González lleva también muchos años como profesional, precisa, “lo cual es indicativo de muchas y diversas experiencias trabajando en la Guardia Civil, donde mayormente te llaman para cosas negativas como suicidios, apuñalamientos, robos con violencia y todo tipo de violencia en general. Esta profesión en muchas ocasiones te lleva a tratar con situaciones extremas y personas muy conflictivas. Un día estas en un ahogamiento y otro en un suicidio cuando no tratando con enfermos mentales, así como toxicómanos; en definitiva, con personalidades conflictivas. En el caso que nos ocupa cuando nos llaman avisando de un fallecido y como es en este caso una niña, lo que se nos pasa por la cabeza es que vamos a realizar un servicio que a nadie nos gusta, que vamos a tener que separar a la familia y amigos del cadáver y que hasta que se active y termine el protocolo no van a tener acceso a la fallecida cuando no sea llevada al tanatorio forense para autopsia ya que es muy posible que la médico no certifique muerte natural como suele suceder en este tipo de casos”.
Pero no fue el caso, sino todo lo contrario, un suceso en el que la vida se impuso a la muerte, y entonces, cabe preguntarse, después de un hecho tan complejo, ¿cómo se siente el ser humano, el agente que se despoja del uniforme y asume sus emociones como persona común? Y la respuesta no puede ser más emotiva y encomiable: “tras el servicio y comprobar que la bebé está sana y salva sin secuelas, nosotros sentimos una gran satisfacción ya que sabemos que la bebé disfrutará de sus papás y familiares teniendo una vida por delante. Uno siente euforia, se siente alegría, todo es como un renacimiento, todo es positivo, el mundo es color de rosa. Es un momento para disfrutar junto a tu compañero”.
Ayudar a todos los ciudadanos de Los Alcores
En cuanto a la recepción, tras el feliz desenlace, Miranda explica que “hemos recibido muchas llamadas estos días, tanto de medios de comunicación como de diferentes personas y amigos así como distintos mandos de la Guardia Civil pero entre todas las llamadas cabe destacar la llamada de la Señora Directora General de la Guardia Civil María Gámez, quien se dijo sentirse muy orgullosa de nuestro servicio con esta bebé así como nos felicitó efusivamente y de una manera muy cercana. Agradecerle su reconocimiento por parte de Antonio González, así como por mi parte”. También los han agasajado familiares y amigos, pero Miranda despeja la atención sobre sí mismo y vindica la labor colectiva de sus compañeros:
“El Puesto Principal de Los Alcores está para ayudar a todos los ciudadanos de Los Alcores porque a veces los que no se comportan bien dan mala publicidad de los compañeros y esto no se corresponde con la realidad porque lo único que la Guardia Civil quiere es que en Los Alcores reine la paz. Decir que tenemos un Gran Comandante de Puesto y unos Jefes muy competentes donde hay una buena coordinación y sin olvidar que tenemos el servicio cubierto las 24 horas del día los 365 días del año”.