David Baranguan, un marinero de adopción

David Baranguan, mairenero de adopción, nos ofrece un breve recorrido por la historia de Navarra con motivo del próximo viaje que la Asociación Pro-Vida realizará a esta tierra.

La historia de Navarra se caracteriza por ser un territorio que ha sido, a lo largo de su historia, una zona de influencia y de conflicto entre diferentes reinos y culturas.

El Reino de Navarra fue un estado histórico que se extendió desde el siglo IX hasta que fue incorporado a Castilla en 1512. Inicialmente, fue conocido como el Reino de Pamplona, con su capital en la ciudad homónima, y posteriormente pasó a llamarse Reino de Navarra.

Este reino se expandió, colaboró en la Reconquista, y posteriormente fue dividido en Alta Navarra (sur de los Pirineos) y Baja Navarra (norte de los Pirineos).

En el siglo XVI, Alta Navarra fue incorporada a la Corona de Castilla por Fernando el Católico, mientras que Baja Navarra permaneció independiente bajo la dinastía de Foix, uniendo su destino a Francia.

La Baja Navarra, a su vez, fue incorporada a Francia en 1620, siendo disuelta como reino durante la Revolución francesa en 1789.

La actual Comunidad Foral de Navarra procede del antiguo Reino de Navarra, que estuvo vigente hasta 1841 y del cual emana su particular régimen de autogobierno, denominado Régimen Foral.

Excepto en los tiempos de expansión del Reino de Navarra, desde el siglo XVI hasta principios del XX había sido una pequeña región agraria de poco desarrollo socioeconómico. Actualmente, Navarra es una de las comunidades de mayor riqueza relativa y bienestar socioeconómico.

La orografía navarra, a pesar de sus dimensiones, es muy variada y se identifican claramente las unidades morfoestructurales que la componen:​

a) La Montaña en la mitad norte dominado por la cordillera pirenaica, una cadena de plegamiento que se rebaja hacia el oeste.
b) La ‘Ribera’, en la mitad sur, un territorio llano caracterizado por una cuenca sedimentaria formada por llanuras aluviales propias del valle del Ebro y cuyos bordes se han deformado durante los plegamientos alpinos.
c) La Zona Media situada entre las dos anteriores ejerce como zona de transición donde predominan sierras de menor altitud.

VISITA A NAVARRA
1- En las faldas del mítico Moncayo encontrarás la localidad de Vera de Moncayo y junto a ella, se halla uno de los principales monumentos de Aragón: el Monasterio de Veruela. Dada su condición de territorio fronterizo, todavía se conservan los restos de su antiguo castillo. A un kilómetro del casco urbano se levanta majestuoso el monasterio cisterciense de Veruela. Dentro del recinto monástico podrás visitar, además del Espacio Bécquer –dedicado a la estancia del poeta y su hermano, el pintor Valeriano, entre 1863 y 1864-, el Museo del Vino de la Denominación de Origen del Campo de Borja.

2. ¿Sabías que el Castillo de Javier, fue la cuna de San Francisco Javier, patrón de Navarra y uno de los misioneros más universales de la historia?
Ubicado en la Navarra Media, se alza esta fortaleza medieval cuyo origen se remonta a finales del siglo X cuando se levantó una torre de señales, la torre del Homenaje.
Gracias a su reconstrucción, hoy puedes ver su fisonomía original y disfrutar de uno de los pocos castillos que conservan su puente levadizo, sus defensas y otras estructuras como troneras y saeteras. Además, para facilitar la visita, el castillo está musealizado y cuenta con un servicio de visitas guiadas o con audioguía.

3. Catedral Santa María de Pamplona: El conjunto fue construido durante los siglos XIV y XV, sobre los restos de un templo románico. La fachada neoclásica de 1799 es de Ventura Rodríguez y el interior es gótico francés.
La campana María, situada en la torre izquierda, data de 1584 y es la segunda más grande de España, con sus 12 000 kilos. El claustro, terminado en el año 1472, está considerado como uno de los más bellos de Europa. La talla de Santa María la Real es románica del siglo XII, la imagen mariana más antigua de las conservadas en Navarra, y es de madera revestida en plata. Frente a ella se coronaban los reyes de Navarra.

La catedral alberga la exposición Occidens, en estancias originales de gran interés, como la cillería o el refectorio. Destacan el Relicario del Santo Sepulcro, que contiene un Lignum Crucis y diversas obras sacras. También son de destacar los retablos, la sillería del coro, de Esteban de Obray, el Santo Cristo de Anchieta, el sepulcro de alabastro de Carlos III el Noble y su esposa.

Se destaca también de Pamplona, la Ciudadela (restos del conjunto amurallado de la antigua Pampilonia Romana), la Plaza del Castillo y la fachada del Ayuntamiento de Pamplona junto a la que se encuentra la Iglesia de San Cernin y desde allí por la calle mayor se llega a la Iglesia de San Lorenzo donde se encuentra la talla de San Fermin.

4. Roncesvalles: Llegar a la Colegiata de Orreaga/Roncesvalles es llegar a un lugar lleno de significado para quienes hacen el Camino. Para unas porque supone el inicio de su andadura, la primera etapa de su ruta hacia Santiago, y para otros porque, al llegar a España, sienten al Apóstol más cerca. El recorrido se inicia en la iglesia de Santa María de Roncesvalles. Uno de los más importante santuarios marianos y centro espiritual de la montaña Navarra por su devoción a la Virgen de Roncesvalles. La iglesia es la primera de construcción plenamente gótica de Navarra, en un estilo primitivo francés muy puro. El claustro y la sala capitular donde está enterrado Sancho VII el Fuerte, uno de los reyes que participó en la famosa batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Además de la magnífica estatua yacente del rey, en la sala capitular se expone un fragmento de las cadenas rotas durante la batalla y la conocida vidriera en la que se representa. La Iglesia de Santiago, capilla gótica del s.XIII dedicada al apóstol compostelano, símbolo de la importancia del Camino en el origen de Roncesvalles. El Silo de Carlomagno. Es el edificio más antiguo de Roncesvalles. Dice la leyenda que aquí están enterrados los francos que murieron en la Batalla de Roncesvalles (año 778). También fue durante siglos el cementerio de peregrinos.

5. Torres del Río es un pueblo antiguo de casas de piedra apiñadas en torno a la iglesia parroquial de San Andrés y a la iglesia del Santo Sepulcro que es su monumento más singular y una de las joyas del románico navarro del siglo XII.

6. Ayegui: se encuentra en un enclave privilegiado, junto al Camino de Santiago y al Monasterio de Irache. La cima de Montejurra es uno de los atractivos que ofrece Ayegui.

7. Estella: Una ciudad representada en su escudo con una estrella de ocho puntas. Quién sabe si la misma estrella de la Vía Láctea que guiaba a los peregrinos en su caminar. Y es que palpas su ambiente jacobeo por todas partes; peregrinos, símbolos, puentes, iglesias y palacios por doquier. Además, su judería -fue la tercera en importancia después de las aljamas de Tudela y Pamplona-, envuelve toda la ciudad. Apunta estas tres joyas románicas: el Palacio de los Reyes de Navarra, el claustro de San Pedro de la Rúa y la portada de San Miguel.

8. Puente la Reina: ejemplo típico de pueblo calle con las casas de crujías muy estrechas intentando todas asomar su fachada a la calle Mayor por la que pasa el Camino de Santiago. Encontraremos las iglesias del Crucifijo, la de Santiago, numerosas casas palaciegas, pequeños restos de las murallas, y al final de todo el airoso puente sobre el río Arga al que debe la localidad su nombre. Se cree que fue una reina de Navarra, Doña Mayor, esposa de Sancho III el Mayor, quien lo mandó construir con su característico perfil de rampas ascendentes, amplios arcos sobre el río y una torre en el extremo para controlar el paso.

9. Elizondo (Valle del Baztan): El Valle de Baztan es un lugar de ensueño y entre sus coquetos pueblos y valles destaca su capital, Elizondo. Una de las localidades más pintorescas del valle, con una historia apasionante que se refleja en sus caserones y palacios, en sus tradiciones y costumbres. Famosa localidad por la trilogía del Baztan, en el paseo también conocerás algunos de los principales sitios de las novelas y películas. ¡Una de las visitas más singulares de Navarra! La Villa de Elizondo es su centro neurálgico y comercial, aglutinando entre sus ordenadas calles y casas a casi la mitad de su población total, y sirviendo en no pocas ocasiones de punto de encuentro de todos los baztandarras, tanto en ferias, como mercados, actos culturales y fiestas en general.

Es sin duda el más urbano de los 15 pueblos, el que antes ha dejado a un lado sus orígenes rurales, aunque sus barrios de Beartzun, Berro, Etxaide y Antzanborda conservan el encanto de la vida tradicional de sus gentes.

10. Olite: Imagina un pueblo de calles empedradas, nobles caserones, galerías medievales y espléndidas iglesias. Imagina a sus gentes conversando, a los comerciantes anunciando sus mercancías y a los labradores trabajando el campo y los viñedos más allá de las murallas. Imagina un hermoso castillo dominando la villa. Con impresionantes torres, lujosas estancias y los jardines más frondosos que se puedan cultivar. Y ahora deja de imaginar, porque lo que te hemos contado no es un espejismo. Es un lugar muy real y está en la Zona Media de Navarra. Su nombre es Olite y su castillo, el Palacio Real.

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