Ve la luz el libro ‘Alcalá de Guadaíra, cincuenta rutas de senderismo alternativas y cuatro relatos’, de Antonio y Francisco Gavira

Entrevista con Francisco Gavira Albarrán

Con motivo de la edición de la obra ‘Alcalá de Guadaíra, cincuenta rutas de senderismo alternativas y cuatro relatos’, firmada por el fallecido Antonio Gavira Albarrán junto a su hermano Francisco, El Periódico de Mairena habla con Francisco, ya que Antonio falleció hace unos meses. La conversación tiene el propósito de conocer los pormenores de una obra de indudable interés. A ambos les avala el mérito de ser punta de lanza reivindicando y subrayando los valores medioambientales y etnológicos de Alcalá de Guadaíra, desde luego conectados con el entorno de la comarca natural de Los Alcores, de la que esos parajes son parte inseparable. Unos lugares que siguen teniendo mucho que dar y mostrar.

  • En principio, Paco, nos gustaría conocer la protohistoria de la obra, el contexto, las razones y los objetivos por los que se acometió. Asimismo cuándo se elaboró.
  • En principio, la protohistoria de la obra se remonta a un doble origen. Por un lado, a las rutas que mi hermano Antonio fue diseñando y recopilando a lo largo de los años, fruto de su experiencia, su curiosidad y su manera tan personal de explorar el territorio, he añadido otras que yo mismo he realizado entre 2019 y 2024 acompañado de un grupo de amigos con quienes comparto esta afición por caminar, descubrir y disfrutar del entorno. El proyecto nace, por tanto, de la confluencia de estas dos miradas. La idea de reunirlas en un solo volumen surge de la voluntad de conservarlas, ordenarlas y darles un sentido unitario, con el objetivo de dar a conocer nuestro patrimonio histórico y natural más cercano, pero también de compartir aquello que hemos aprendido, experimentado y disfrutado en el camino. Y en cuanto a las razones que impulsaron la obra fueron, principalmente, documentar estas rutas antes de que el paso del tiempo las dispersara o se perdieran en la memoria, y al mismo tiempo ofrecer una guía útil para quienes quieran recorrerlas. El objetivo era crear un libro que fuese práctico, pero también emotivo; que recogiera tanto la información necesaria para caminar como el espíritu con el que fueron concebidas. Por otro lado, la elaboración del libro se desarrolló progresivamente a lo largo de esos mismos años, conforme se realizaban las rutas y se sistematizaba el material existente. La compilación final y la estructura definitiva se llevaron a cabo una vez reunidos todos los recorridos, ya con la intención clara de darles forma de obra conjunta.

  • Usted aparece en la misma firmando sin su nombre específicamente, es decir, aparece como el hermano de Antonio ¿Ello obedece al deseo de dedicársela como homenaje o a que realmente él llevó la iniciativa y la ‘batuta’? ¿Cuál fue el papel de cada uno?
  • En efecto, el hecho de que en el libro aparezca simplemente como “HNO” no es casual. Responde, ante todo, al deseo explícito de dedicar esta obra como un homenaje a Antonio, que fue —sin discusión— el verdadero impulsor del senderismo en Alcalá de Guadaíra. Él abrió el camino, en todos los sentidos: diseñó las primeras rutas, contagió su entusiasmo y creó alrededor de esta afición un espíritu de convivencia y descubrimiento que muchos hemos heredado. Mi papel ha sido más el de continuar y completar su labor: recopilar, ordenar y dar forma a las rutas que él dejó, así como incorporar las que realicé posteriormente con un grupo de amigos. Pero la iniciativa original, el impulso y la “batuta”, como se dice en la pregunta, fueron siempre de Antonio. Por eso decidí aparecer de ese modo en la portada: porque el libro nace y cobra sentido gracias a él, y porque quería que el lector percibiera desde el principio que esta obra es, en buena medida, un reconocimiento a su legado. Mi contribución ha sido poner orden, añadir experiencias recientes y convertir ese legado en un volumen accesible y coherente, pero la raíz y el espíritu pertenecen a Antonio. No obstante, en los créditos aparece mi nombre completo.
  • Según se desprende del título, el libro consta de dos partes en su estructura, una en forma de guía para recorrer itinerarios naturales y culturales, la otra en forma de narrativas breves ¿Cómo se articulan ambas?
  • El libro es, ante todo, una recopilación de rutas: itinerarios naturales y culturales pensados para ser recorridos y disfrutados. Unos con más y otros con menos dificultad. Esa es su columna vertebral. Sin embargo, al avanzar en su elaboración vimos que algunas jornadas vividas en la cuenca alta del río Guadaíra poseían un carácter especial, casi narrativo, que merecía recogerse de otro modo. Por eso, al final del volumen se incorporan cuatro relatos cortos que funcionan como un complemento más íntimo y literario a la parte técnica de las rutas. Los tres primeros fueron escritos por Antonio, y recogen su mirada personal sobre experiencias y momentos vividos en ese entorno; el cuarto es mío, y continúa ese mismo espíritu evocador. La articulación entre ambas partes es, por tanto, natural: la guía ofrece el recorrido objetivo, los datos y la orientación práctica; los relatos aportan la emoción, la memoria y la vivencia subjetiva que hay detrás de muchas de esas jornadas. De ese modo, el libro combina información útil con pequeñas piezas narrativas que ayudan a comprender mejor el paisaje humano y emocional que rodea a las rutas.
  • Si atendemos al título, se alude a unas rutas de interés, se entiende que tanto para el paisanaje como para los visitantes ¿Hacemos un breve recorrido por ellas, o al menos por algunas significativas?
  • Efectivamente, las rutas que conforman el libro pueden resultar de interés para cualquier persona, tanto si tiene la posibilidad de recorrerlas físicamente como si prefiere —o solo puede— conocerlas a través de la lectura. Más allá del componente senderista, el libro permite adentrarse en la cuenca del río Guadaíra y en su valioso patrimonio natural e histórico, que se describe con detalle. Por eso, incluso quienes no puedan caminar estos itinerarios encontrarán en sus páginas una forma de disfrutar y comprender el territorio. Todas las rutas poseen un interés particular, pero quizá las más accesibles para todos los públicos sean aquellas que discurren por el Monumento Natural Riberas del Guadaíra. Son recorridos suaves, muy adecuados para cualquier edad, y en ellos el lector —o el caminante— puede descubrir la hilera de molinos harineros que acompañan al río, verdaderas joyas de nuestra historia local. Además de estas, el libro incluye itinerarios que exploran parajes menos conocidos de la cuenca media del Guadaíra, Los Alcores, vías pecuarias y rincones donde el patrimonio natural y el cultural se entrelazan. Cada ruta aporta una mirada distinta: algunas destacan por su riqueza ecológica; otras, por su interés histórico o por la amplitud de sus paisajes. En conjunto, el recorrido que propone el libro es amplio y variado, pensado para que cualquier ciudadano, caminante o lector, pueda descubrir la diversidad y el valor de este territorio tan cercano y, a veces, tan desconocido.

  • ¿Y los relatos breves, navegan en la misma dirección o son literarios en sentido estricto? En todo caso, ¿tienen un nexo en común?
  • Los relatos breves se mueven en una dimensión algo distinta, más íntima y, si se quiere, más poética. No buscan describir un itinerario ni ofrecer indicaciones prácticas, sino captar sensaciones, momentos y vivencias que surgieron precisamente en esos mismos escenarios. Aun así, todos comparten un nexo claro: la cuenca alta del río Guadaíra como espacio común. Son textos que nacen del disfrute del paisaje, de la observación de la naturaleza y de la conexión personal que esos lugares nos inspiran. Cada relato ofrece una mirada más subjetiva y emocional, pero todos dialogan con el territorio que recorre el libro, ampliando su sentido y mostrando la dimensión humana que hay detrás de muchas de esas jornadas. Todas las rutas poseen un interés particular, pero quizá las más accesibles para todos los públicos sean aquellas que discurren por el Monumento Natural Riberas del Guadaíra. Son recorridos suaves, muy adecuados para cualquier edad, y en ellos el lector —o el caminante— puede descubrir la hilera de molinos harineros que acompañan al río, verdaderas joyas de nuestra historia local. Además de estas, el libro incluye itinerarios que exploran parajes menos conocidos de la cuenca media del Guadaíra, Los Alcores, vías pecuarias y rincones donde el patrimonio natural y el cultural se entrelazan. Cada ruta aporta una mirada distinta: algunas destacan por su riqueza ecológica; otras, por su interés histórico o por la amplitud de sus paisajes. En conjunto, el recorrido que propone el libro es amplio y variado, pensado para que cualquier ciudadano, caminante o lector, pueda descubrir la diversidad y el valor de este territorio tan cercano y, a veces, tan desconocido.
  • ¿Y los relatos breves, navegan en la misma dirección o son literarios en sentido estricto? En todo caso, ¿tienen un nexo en común?
  • Los relatos breves se mueven en una dimensión algo distinta, más íntima y, si se quiere, más poética. No buscan describir un itinerario ni ofrecer indicaciones prácticas, sino captar sensaciones, momentos y vivencias que surgieron precisamente en esos mismos escenarios. Aun así, todos comparten un nexo claro: la cuenca alta del río Guadaíra como espacio común. Son textos que nacen del disfrute del paisaje, de la observación de la naturaleza y de la conexión personal que esos lugares nos inspiran. Cada relato ofrece una mirada más subjetiva y emocional, pero todos dialogan con el territorio que recorre el libro, ampliando su sentido y mostrando la dimensión humana que hay detrás de muchas de esas jornadas.

  • ¿Cómo ha sido acogida la obra? ¿Tiene también la misión de divulgar y concienciar sobre los valores de la zona?
  • La acogida de la obra ha sido muy buena. Muchas personas han mostrado interés, no solo quienes practican senderismo, sino también lectores atraídos por el valor cultural, histórico y natural de la cuenca del río Guadaíra. De hecho, varios comentarios recibidos destacan precisamente lo útil que resulta el libro para conocer mejor este territorio, incluso para quienes no pueden recorrer físicamente las rutas. Y sí, la obra tiene también una misión divulgativa y de concienciación. Pretende poner en valor la riqueza ambiental y patrimonial de la zona, mostrar la variedad de paisajes, la singularidad de su ecosistema y la importancia de elementos como los molinos harineros o las riberas del río. Todo ello con la intención de que, conociendo mejor este entorno, crezca también el compromiso colectivo por preservarlo y cuidarlo. En resumen, el libro ha sido bien recibido y, al mismo tiempo, aspira a contribuir a una mayor sensibilidad hacia un patrimonio que merece ser protegido.
  • Ustedes han sido pioneros en la reivindicación y puesta en valor de la riqueza natural y patrimonial de la comarca ¿Cómo ven hoy la situación?
  • La situación actual en nuestra comarca, la de Los Alcores, y en la cuenca del río Guadaíra es, en muchos aspectos, preocupante. Es cierto que se ha avanzado en la sensibilización y que cada vez hay más personas conscientes del valor natural y patrimonial de este entorno, pero también es evidente que persisten —e incluso se agravan— amenazas que lo deterioran. Entre los problemas más visibles están los impactos derivados de la explotación de las canteras de albero, que han dejado cicatrices profundas en el paisaje; la proliferación desordenada de plantas fotovoltaicas, instaladas sin una planificación territorial que respete los valores ambientales; los vertederos incontrolados que siguen apareciendo en distintos puntos; y la usurpación de caminos públicos y vías pecuarias, que limita el acceso ciudadano y compromete corredores ecológicos esenciales. Y no son las únicas amenazas: el abandono, la presión urbanística y la falta de vigilancia también contribuyen al deterioro. Por eso es fundamental que los ayuntamientos asuman un papel activo y protector. Deben incorporar en sus PGOUS la defensa clara del patrimonio natural, paisajístico y cultural de sus términos municipales, y hacerlo además contando con la ciudadanía, que debe participar en la toma de decisiones. Solo así se garantizará un equilibrio real entre desarrollo y conservación. En definitiva, seguimos creyendo en el enorme potencial de nuestra comarca, pero vemos necesario un compromiso más firme y efectivo para preservar un patrimonio que es de todos y que no podemos permitirnos perder.
  • A través del asociacionismo también se sumaron hace años a la idea de articular la comarca de Los Alcores como Parque Cultural. Un proyecto que no acaba de articularse ¿Siguen creyendo en él? ¿Por qué no prospera si ha sido apoyado por los cuatro municipios?
  • Sí, seguimos creyendo firmemente en la necesidad de que Los Alcores sean declarados Zona Patrimonial, gestionada a través de un Parque Cultural, tal y como contempla la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía. Consideramos que es la fórmula más adecuada para proteger, gestionar y difundir de manera coherente el extraordinario patrimonio natural, histórico y paisajístico de la comarca. La plataforma en defensa de Los Alcores continúa activa y comprometida. De hecho, el próximo viernes participaremos en un programa de Canal 12 TV para seguir divulgando la iniciativa. A finales de noviembre remitimos un escrito a la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, instando a que active de una vez el expediente de declaración de Zona Patrimonial. Y ya tenemos previsto un encuentro de la plataforma para enero, precisamente para seguir impulsando el proyecto y coordinando nuevas acciones. ¿Por qué no ha prosperado aún, pese al apoyo de los cuatro municipios y la Diputación Provincial? En gran parte, por falta de iniciativa y decisión de la administración autonómica, que es quien debe tramitar formalmente la declaración. También influyen la pereza de los Ayuntamientos y la complejidad legislativa, los cambios políticos y la ausencia de una planificación territorial que priorice de verdad la protección del patrimonio frente a otros intereses. Aun así, seguimos convencidos de que el Parque Cultural es no solo posible, sino necesario. La comarca reúne todos los valores y requisitos, y la sociedad civil continúa respaldándolo. Nuestro compromiso sigue intacto y trabajaremos para que el proyecto avance definitivamente.
  • ¿Creen que la riqueza natural de la comarca, tan próxima al área metropolitana a día de hoy, sigue siendo posible preservarla tal como la hemos conocido?
  • Sí, creemos que aún es posible preservar la riqueza natural de la comarca como la hemos conocido, pero únicamente si existe un compromiso real por parte de las administraciones y, al mismo tiempo, una toma de conciencia profunda por parte de la ciudadanía. Ambos elementos son imprescindibles. Las administraciones deben asumir su responsabilidad en la protección del territorio mediante una planificación rigurosa, controles efectivos y políticas que prioricen el patrimonio natural y cultural frente a presiones económicas o urbanísticas. Pero ese esfuerzo institucional solo será duradero si la ciudadanía comprende lo que está en juego: no hablamos solo de conservar un paisaje bonito, sino de garantizar la salud ambiental, la identidad cultural y la calidad de vida del futuro. Estamos obligados —moralmente y legalmente— a dejar a las generaciones futuras un medio ambiente y un patrimonio mejor, o al menos igual, que el que hemos recibido. Esa es la clave. Si logramos ese compromiso compartido, la preservación no solo es posible: es un deber y una oportunidad para construir un territorio más sostenible y más digno para todos.

  • ¿Qué otras cuestiones le preocupan, inquietan, o cree que se pueden implementar para que el legado natural recibido sea transmitido en buenas condiciones a las generaciones siguientes?
  • Además de las cuestiones estrictamente ambientales, me preocupan otros aspectos que influyen de forma directa en la manera en que transmitimos nuestro legado a las generaciones futuras. En primer lugar, vivimos un momento especialmente delicado en el que la paz y la libertad en el mundo están seriamente amenazadas, y eso repercute en todo: en la estabilidad social, en las prioridades políticas, en la capacidad de cooperación internacional y, por supuesto, en la protección del medio ambiente. Un planeta en conflicto es un planeta más vulnerable. Aparte, en el ámbito más cercano necesitamos seguir avanzando en materia de educación ambiental, en la recuperación de caminos públicos y vías pecuarias, en el control de vertidos y en una ordenación del territorio que limite los impactos de actividades como las canteras o la instalación indiscriminada de plantas fotovoltaicas. También es fundamental potenciar la participación ciudadana en la toma de decisiones, porque solo un territorio con una ciudadanía informada y consciente puede defender eficazmente su patrimonio. De igual modo, debemos insistir en que las administraciones integren la protección del paisaje, la biodiversidad y el patrimonio cultural en sus planes urbanísticos y estrategias de desarrollo. No se trata de frenar el progreso, sino de orientarlo para que sea compatible con la conservación. En definitiva, preservar el legado natural implica acción local, responsabilidad institucional, implicación ciudadana… pero también un marco global de estabilidad y libertad que permita trabajar por un futuro digno para quienes vendrán detrás de nosotros. Sólo así podremos garantizar que reciban un entorno, y un mundo, al menos tan habitable como el que heredamos.
  • ¿Cómo puede hacerse con el volumen cualquier lector interesado en la obra?
  • De dos maneras: adquiriéndolo directamente en la Librería Término (Alcalá de Guadaíra), o bien solicitándolo a través del correo electrónico pacogavira@gmail.com, donde estaré encantado de facilitarlo.
  • Es el momento de que responda a cualquier pregunta que no le hayamos formulado pero crea necesario incluir.
  • La verdad es que no se me ocurre ninguna cuestión adicional que añadir. Solo agradecerles sinceramente la entrevista y el interés mostrado por la obra y por la defensa de nuestro patrimonio. Ha sido un placer.
  • Muchas gracias, y mucha suerte con el libro.

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