Larga vida a los rockeros
Meses de trabajo detrás y la máxima expectación se concentraba en la noche de ayer. No hubo ni rastro de la lluvia reseñada en los pronósticos durante la semana, y precisamente la luna se dejaba ver entre nubes sinuosas.
Blusa puso el inicio con su pop/rock instrumental, inspiradores sonidos, muy de banda sonora, para comenzar la noche en un ambiente distendido. En similar atmósfera envolvieron al público los músicos de Zico, sumando los peculiares registros bajos del vocalista. Pedían, eso sí, más acercamiento de un público disperso y concentrado en los laterales del recinto.
Pájaro, el siguiente en salir, terminó pronto con ese problema. Llenaron con su rockera elegancia y la potencia de la guitarra de aquel que formara parte de Sacramento. Era tocarla y dar la sensación de que no había nada que no pudiera hacer con ella. Es capaz incluso de que la Danza de Fuego de Manuel de Falla suene a rock. Mención especial merecen, como no, los músicos que le acompañan y que hoy forman un Pájaro «sin egos», sin los que no sería posible imprimir un sello particular a los diferentes sonidos traídos al el disco Santa Leone. En esta ocasión, no pudieron contar con la corneta de Kini, que sí estuvo, por ejemplo, en el Nocturama.
Gustó y se vio obligado a hacer un bis cuando el público le pedía efusivamente otra. Recordó a su amigo Silvio con aquel célebre Rezaré, versión sevillana de Stand by me. Tiempo ha de aquella época en la que recorrían juntos la provincia y tantos otros lugares «espantando» ovejas en no tan buenas carreteras.
Andrés Herrera Pájaro atendió luego a El Periódico de Mairena, contando sobre sus experiencias con Santa Leone, la preparación de su segundo disco y las sensaciones en Mairena, donde ha recordado «grandes viejos tiempos».
Sick Buzos fueron los encargados de echar el telón. Compartieron su música, que han ido moldeando desde que hicieran sus primeras apariciones a mediados de los 90, donde la guitarra se convierte en elemento central, con sus idas y venidas dentro de la canción. Contaron con un, en este caso, poco favorecedor último puesto.
Así se puso fin a una noche que tuvo con público de todas las edades, algo propiciado por la oferta paralela de castillo hinchable y mercadillo. La organización se muestra satisfecha por esta edición y asegura haber contado con más asistentes que el año pasado ambos días, aunque esperaban algo más. Ahora toca conocer cómo han quedado las cuentas de cara al cuarto De Luna, que cada año se propone mejorar hasta convertirse en cita ineludible con la música.
Muchas gracias a todos los colaboradores!!! Sin ellos no sería posible.
Buen trabajo Sara