Leyendo crezco
Constantemente estamos quejándonos de nuestra falta de tiempo. El tiempo (Del lat. tempus). La importancia del tiempo para todos nosotros es evidente para desempeñar nuestras actividades y organizar nuestra existencia. La archiconocida metáfora el tiempo es oro recoge el sentir de una sociedad inversa en la era de las nuevas tecnologías. Constantemente estamos recibiendo información, vivimos bombardeados de noticias: Internet (perfiles de Facebook, whatsapp…), la televisión, la radio, los periódicos… No obstante, visualizamos mucha de ella pero no nos paramos a leerla. ¿Por qué…? Pues por FALTA DE TIEMPO. Vamos luchando contra el devenir del mismo, buscamos nuestros momentos pero siempre falta tiempo. Tiempo para leer, estudiar inglés, ir al gimnasio, visitar a amigos, estar con la familia…
Menciono los versos de Machado que nos alerta de la importancia de este: “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”.
Y en ese camino de nuestra vida tenemos que aprender a RENTABILILIZAR EL TIEMPO, como ya hablamos en los artículos anteriores, para hacerla más rica en conocimientos que nos llevarán a nuevas experiencias. Cuando se les pregunta a muchos estudiantes: “¿Por qué no os gusta estudiar?”. Ellos, generalmente, responden que es aburrido y que se divierten más haciendo otras cosas.
Y nuestra reflexión debe ser: ¿Hay algo más maravilloso que aprender?
¿Hay algo que pueda ser más complaciente que el adquirir nuevas experiencias a través de lo aprendido? Ahí es donde debemos actuar y dialogar para inculcar el amor a lo nuevo, a lo desconocido, a todo aquello que nos haga crecer como personas, para conseguir de nosotros mismos el compromiso de la superación.
Por supuesto, la falta de tiempo de nuestros estudiantes está siempre presente para llevar un buen ritmo del estudio de sus asignaturas. “¿Cómo me voy a estudiar yo todo esto?”. “A mí no me da tiempo…”. “Mi cabeza me va a estallar…”. “No me pienso llevar toda la tarde estudiando…”. Retahílas y retahílas permanentes.
El primer paso que deben dar es el de la LECTURA. Es el mejor instrumento para desarrollar la inteligencia y mejorar en el estudio. Realizando una buena lectura, economizamos tiempo de estudio y el proceso del aprendizaje será mucho más eficaz.
Para mejorar la lectura pueden practicar con unos ejercicios que mejoran el campo de percepción visual. Os explico como hacerlo para que los practiquéis en casa:
Consiste en captar el mayor número de palabras posibles de un solo golpe de vista. Intentamos captar toda la línea de una sola fijación, mirando al centro de la línea (al punto). Este ejercicio nos dice cuántas palabras son capaces de leer de un solo golpe de vista. Si nuestro hijo/a aún no llega a la última línea, no pasa nada porque, a base de ejercitarse, se puede mejorar la amplitud visual.
Otro ejercicio consistiría en separar un texto en tres columnas y leer cada columna de un solo golpe de vista.
Habría que tender a reducir el número de fijaciones y, para ello, la única solución reside en trabajarlo con ejercicios que fuercen de alguna manera los ojos.
- Lectura de rastreo: consiste en leer lo más rápido posible para localizar datos concretos.
- Hay técnicas especializadas de entrenamiento visual (motricidad visual, sacádicos, convergencia, acomodación, dominancia ocular, etc.). Para ello, habría que hablar con un oculista o un optometrista.
- Especial atención hay que prestar al movimiento de los ojos de nuestros hijos/as para ver que no tengan regresiones, den saltos incontrolados o se muevan mucho, puesto que dificultaría su lectura.
La velocidad y la comprensión van muy ligadas pero las trataremos por separado para que se conozca como mejorarlas.
Me despido regalándoos esta cita: “Leer y entender es algo; leer y sentir es mucho; leer y pensar es cuanto puede desearse”.