El Partido Andalucista presenta su dimisión al Pueblo Andaluz
No hubo sorpresa en el 17º Congreso del Partido Andalucista (PA), el pasado sábado 12 de septiembre en Torremolinos, y salió ganadora por abrumadora mayoría de su militancia la ponencia presentada a debate por la dirección, instando a su disolución tras los 50 años de vida de la única fuerza política netamente andaluza, con Andalucía como único eje y centro de su acción. Hacia las 18:15 horas, cartulina de acreditación en mano, el Congreso dictaminó con 243 votos a favor, 57 en contra y 10 abstenciones. Aunque cabe aclarar que no todos los asistentes votaron, ya que algunos no se acreditaron. En total, más de 500 Andalucistas se dieron cita en el Palacio de Congresos y Exposiciones de la ciudad costasoleña.
A pesar de la mayoría arrojada por la votación, la decisión no fue sencilla al ser varias las agrupaciones que presentaron ponencias alternativas a la oficialista, o bien la matizaron. Fueron los casos de Barbate, Marbella, Baza y Coín, cuyos representantes expusieron tesis propias, que se unieron a una sucesión larguísima de intervinientes, anónimos o conocidos por sus cargos orgánicos o institucionales, presentes o pasados. Todos fueron oídos desde el respecto y la emoción, visible en la expresión facial, los arranques de aplausos, cuando no las vivas lágrimas de la inmensa mayoría de los presentes.
En puridad, fue un duro pulso entre la pasión blanquiverde del corazón de los presentes y la razón incolora, incuestionable y unánime de unos líderes que pese al dolor tuvieron clara la necesidad final de rendición ante la evidencia de que elección tras elección el Pueblo Andaluz ha venido abandonando PA a su suerte, una contradicción irresoluble habida cuenta de que la razón de existir del partido no es otra que el bienestar de ese mismo pueblo. De este modo, se abrió paso firme la idea de que “por dignidad”lo procedente era entregar el partido a ese pueblo mismo que es su jefe.
Todo empezaba a primera hora de la mañana cuando se formaba la mesa presidida por Manuel Prado Fernández. Tras lo cual el tesorero Javier Cabezas emitía su informe económico abonando de entrada la tesis de la disolución. Le fue aprobada su rendición de cuentas sin oposición alguna, como así se hizo con el posterior y relativo a la gestión, protagonizado por el secretario general Andalucista, Antonio Jesús Ruiz. Un líder hacia el que no se produjo la menor crítica, todo lo contrario generó en torno así un clima de empatía y cariño ante la dura e inevitable decisión que le tocaba impulsar. Como cabeza del PA, calificó la jornada de “día raro”ante la medida que se debía adoptarse, aun constando que la militancia se ha incrementado en un 17% con respecto a su llegada al cargo en 2012. Explicando acto seguido las líneas de acción sobre las que pivotó su gestión, de todos conocidas, y las dificultades de acceso a los andaluces a través de los medios para hacer llegar el discurso de la formación, como igualmente abogó por no sumarse a ninguna candidatura o formación tras la disolución.
Entre emociones encendidas, subieron a la palestra entremezclados con los militantes que así lo quisieron, el alcalde de Barbate Miguel Molina, para pedir hacer piña junto a los cargos y continuar, negando que el Andalucismo esté muerto, y haciendo votos por “seguir masticando el chicle”, dijo en relación con la ideología. En la misma senda, los representantes de Coín subrayaron el hecho de que Andalucía se queda sin voz propia ahora que otras Comunidades (en alusión clara a Cataluña) aprietan muy fuerte “y seguro que van a sacar algo, sea lo que sea”, afirmó su portavoz. Reforzando Baza esa línea argumental al esgrimir que “los Andalucistas somos gente normal que nos partimos la cara con quien sea”, de lo que dedujo que tradicionalmente les hayan salido tantos enemigos. Por su parte, Marbella apostaba por reformar desde dentro el PA sin disolverlo, reclamando para ello un esfuerzo de convergencia con los que se han ido quedando fuera al paso de los tiempos.
Mil razones para la disolución
La espita de la disolución fue abierta por José David Sánchez en nombre de la ejecutiva. El joven gaditano se mostró orgulloso de haber dado lecciones en los pocos foros adonde fue invitado a candidatos de otras fuerzas emergentes que finalmente sí recibieron las actas de diputados o concejales frente a su exclusión. E incidió en que el PA sin poder andaluz no es nada, ya que nada puede hacer ni cambiar. Continuó evidenciando los pobres resultados de las últimas municipales cuando parecía que poco a poco comenzaba la recuperación a la vista de los resultados en los dos comicios precedentes. Siendo de ese modo como sin abandonar esa tónica fueron subiendo al estrado Luis Uruñuela, que se postuló sin ambages por la disolución “en beneficio del futuro del Pueblo Andaluz”. Mientras que el excalde de Utrera Francisco Jiménez se lamentaba de que “no nos quieren”, o Juan Carlos Benavides (otro alcalde) denunciaba el continuo cerco al PA desde diversos frentes, pidiendo “enterrar lo viejo para que nazca lo nuevo”. Por su lado, Paco Revuelta basaba esa misma tesis en que “la marca” estaba en serios problemas, y enunciando cómo había sido vituperada porque su vigor hubiese supuesto un serio obstáculo para la meta en Moncloa del PSOE. Aunque para Óscar Pérez, el Andalucismo más que una opción “es un sentimiento, y por eso no morirá”, enfatizó. O en un nuevo uso de la palabra el propio Antonio Jesús se quejaba ante el pertinaz argumento de los errores del PA proclamado a diestro y siniestro, “con los que han cometido los demás pero que jamás se evidencian”, sentenció. Aunque el secretario general no eludió el que en ocasiones los propios Andalucistas y sus disputas han sido también enemigos de la formación. Al tiempo que reconocía que no siempre se han sabido trasladar los mensajes. En cuanto a otras intervenciones, corrieron a cargo de la rondeña Isabel Barriga, un Pepe Hurtado que calificó el congreso como “el del sacrificio, generosidad y valentía” de los Andalucistas, sobre cuyo envoltorio como partido aseguró que “no vende, pero su esencia sí”, de ahí que de cara al futuro abonó la idea de la displicencia hacia la posibilidad de que ciertos militantes emigren a otras fuerzas tras la disolución, con un contundente: “al enemigo que huye, puente de plata”.
Siempre Alejandro
Aunque su intervención se produjo entre otras por petición de la palabra, y en riguroso orden, la intervención de Alejandro Rojas Marcos marcó diferencia con las demás. Alma y fundador del PA, aunque en los últimos años ajeno a decisiones y estrategias, subió al escenario casi vestido de andar por casa, con un sencillo jersey y a cuerpo. No usó el micro ni el atril, dirigiéndose a los Andalucistas a pulmón en medio de un profundo silencio de expectación. Sosteniendo como idea principal acerca del Partido Andalucista que tenía que “morir lo viejo para que nazca lo nuevo”, haciendo símil con un escalador que tras poner una pica a cierta altitud de la montaña, la deja allí para que más adelante tomara otro el testigo para proseguir con la tarea. Lo aseguró apostillando que en ese futuro, de llegar, no iba a estar él, dejando entrever que a las limitaciones de la edad sumaba su convencimiento de que la inquina que muchos le profesan puede ser una rémora para lo que tenga que nacer, si así ocurriera, más adelante. “Es mi retirada, mi eutanasia política”, subrayó. Para acto seguido manifestar axiomáticamente que tanto la derecha como la izquierda poseen unas formaciones inasequisibles al desaliento en la defensa de sus intereses, pero que no ocurre así con el Andalucismo. Concluyendo que lo procedente en momentos tan duros era presentar “por coherencia y dignidad la dimisión al Pueblo Andaluz, que es nuestro jefe y nuestra única razón política de existir”, aseveró. Contraponiendo, no obstante, a lo enumerado, “que el PA se despide de Andalucía pero jamás el Andalucismo porque te queremos Libre”, dijo refiriéndose a Ella.
La situación de las agrupaciones locales
A pesar de la desaparición del PA como formación y opción política, y por consiguiente de su muerte a esos efectos, a nivel jurídico la organización quedará activa hasta las elecciones municipales del año 2019. Motiva este hecho la necesidad de seguir prestando cobertura a los más de 300 ediles repartidos por las ocho provincias, que de otra manera quedarían reducidos a concejales adscritos, esto es, ayunos de respaldo tras haber concurrido con el Partido Andalucista. Para evitar lo que esos hombres y mujeres pudieran considerar una indignidad, al final del Congreso se constituyó una Comisión Delegada integrada por 21 Andalucistas, que seguirán dando cobertura y asistiendo a esos ediles, a pesar de las estrecheces económicas. La situación de debilidad es tal que en las elecciones municipales del pasado mes de mayo se presentaron 100 candidaturas menos que en las de 2011. Una circunstancia que contribuyó a mermar además las posibilidades de financiación. Aunque esa realidad no fue óbice para que la deuda del PA se redujera estos últimos años en casi 300.000 euros. En relación con todo ello, se puso de manifiesto que cualquier organización de estas características que se precie, ha de sustentar su estructura sobre dichas agrupaciones locales, de ahí el valor de la medida, orientada asimismo hacia la posibilidad de existencia de un hipotético futuro. Por lo que es de esperar, o al menos es por lo que se postuló desde el Congreso, que los actuales comités locales sigan realizando sus funciones como hasta ahora, aunque reconvertidos en colectivos o grupos de orientación Andalucista.
Me parece una gran noticia, primero porque estaba claro a nivel andaluz, y despues que nos quitamos de en medio la llave esta de gobierno local actual y de gente con tan poca preparacion o nula.