Jesús Rodríguez Galocha “Mingui” en estado puro
A sus 32 años y nacido en pleno centro de la localidad, lleva vinculado al mundo cofrade desde que nació. Pertenece a las Hermandades del Cristo la Cárcel, de Jesús Nazareno, Humildad y Vera Cruz de Mairena del Alcor, y a las hermandades sevillanas de San Benito, Los Panaderos, Silencio y la Macarena.
Realiza la estación de penitencia de costalero en el Stmo. Cristo la Sangre de la Hdad. de San Benito, Ntro. Padre Jesús del Prendimiento de la Hdad. de los Panaderos y en María Santísima de la Concepción de la Hermandad del Silencio y como costalero local, en el Stmo. Cristo de la Humildad, en el Patrón San Bartolomé, la Patrona Nuestra Señora de los Remedios Coronada y en el Stmo. Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor.
¿Eres consciente de la polémica que se ha levantado tras tus declaraciones en el programa Plaza Santa de Canal 12 Mairena?
Por supuesto, el problema de todo esto es la hipocresía mairenera, de «hola, ¿qué tal? Qué bien te veo…» y luego te critico y puñalada por la espalda. Se ha roto un poco el «tabú» de poder hablar de ciertas cosas que se saben pero no se quieren decir. Y por eso se ha levantado tanto revuelo, porque a muchos no les interesa que los maireneros sepan muchas cosas que pasan dentro de las hermandades.
¿Han querido censurar tus declaraciones?
Sí, había personas a las que por muchos motivos no les interesaba que yo fuera más a la televisión.
¿Realmente crees que en el entorno de las hermandades hay muchos hermanos que se mueven por interés?
Mira, en las hermandades hay de todo, como en la vida, personas que dejan su tiempo y su dinero en la hermandad, y hay otras que se sirven de las hermandades, ya sea bien para su negocio (directa o indirectamente) o para querer ostentar un cargo y querer ser algo donde destacar. En definitiva, hay gente que va a las hermandades a servir y otras a ser servidas.
Según tus declaraciones en dicho programa de la televisión local, existe una decadencia en el mundo del costal, ¿a qué crees que se debe?
Creo que se debe varios motivos, una de ellas son las exigencias de las hermandades, hay hermandades que te exigen comprarte un pantalón, camiseta, sudadera, costal de un color determinado, a pagar una cuota, una papeleta de sitio, etc…, que irte de viaje al caribe te sale mucho mas barato (risas) y también a otra importante cuestión que tiene que ver con el trato recibido, por parte de las juntas de Gobierno al grupo de costaleros. Aunque, también, nos encontramos a costaleros sin compromiso ni seriedad y lo pagamos todos. Por unos cuantos, nos meten a todos en el mismo saco y no es justo. Hay que saber a qué o a quién representamos.
¿Qué propones tú para mejorar el mundo del costal en Mairena?
Lo primero, para mejorar el mundo del costal es saber de dónde venimos y a dónde vamos, qué es lo que realmente queremos. Las juntas de gobierno ponen personas manejables en los martillos y al final quien lo sufre son los costaleros. Para mejorar hay que poner al frente de los pasos a personas que enseñen a los costaleros, aparte de enseñarle el oficio del costal, crear una amistad, una unión y un compromiso, que cuando se acabe la estación de penitencia no se vaya la cuadrilla a su casa y hasta el año que viene.
Para mí solo ha habido en Mairena una cuadrilla que ha conseguido eso, serían mejores o peores pero eso lo consiguieron, y eso es lo complicado.
¿Crees que las juntas de hermandades en Mairena están a abiertas a los hermanos?
Hay hermandades que sí y otras que no, pero en la mayoría pienso que no. El hermano que va a un cabildo general de una hermandad y levanta la mano para decir que está en desacuerdo con algo o a sugerir otra cosa a la que se le ha hecho, se le tacha de polémico y que lo que quiere es entrar en la junta de gobierno a gobernar él la hermandad.
¿Qué opinas sobre el Consejo General de Hermandades y Cofradías?
Creo que es un órgano donde a día de hoy no tiene sentido, por lo menos en Mairena, pero hay que tenerlo, dado que en cada municipio, siempre que haya más de dos hermandades hay que tenerlo. Un Consejo de Hermandades, donde las propias hermandades no le dan poder para que pueda tomar decisiones, y en donde sus actividades se resumen a elegir pregonero y organizar su comida, representar en el Cristo de la Cárcel, Corpus, Patrón y patrona, y en hacer una reunión y que cada una exponga las fechas de sus cultos y luego comunicárselo al párroco, no creo que las hermandades les sirva de mucho estar representadas en el consejo, ya que a cada hermandad también sabe qué año le corresponde representar el cartel de Semana Santa. No hace ninguna actividad en todo el año, pero como ya he dicho antes, si las propias hermandades no quieren que el consejo sirva de mucho, pues así seguirá siendo.
¿Y sobre el papel de los capataces?
La mayoría de los capataces de Mairena miran por ellos, luego por ellos y por último por ellos. Además, no sé qué tendrán los llamadores de Mairena que parece que tienen pegamento y el que lo toca no se quiere ir nunca. Algunos son capaces de perder la dignidad, ser pisoteados por su junta de gobierno o por sus costaleros con tal de conservar el cargo. Tengo 32 años y con mi edad solo he visto a un capataz dimitir de su cargo por diferencias con la junta de gobierno o por defender a sus costaleros ante normas impuestas por parte de la Junta de Gobierno con las que él y los costaleros estaban en desacuerdo. No es un puesto vitalicio, pero en este caso hay que saber llegar al cargo pero, sobre todo, hay que saber irse.
Si Jesús Nazareno es tu mayor devoción, y después de lo que ha sido tu padre en esa cuadrilla, ¿por qué no sales de costalero debajo de Jesús?
Buena pregunta. Mira, mi abuelo fue costalero el año que faltaron los costaleros, mi padre se ha llevado 25 años, me metí al año siguiente de mi padre retirarse, cuando acabe la estación de penitencia sentí que aquel no era mi sitio, no sé, pero yo allí no estaba del todo bien. El año pasado me volví a meter, y tuve la misma sensación, era algo que se me escapa de las manos, era diferente a todos los pasos que yo había y saco en la actualidad. En el Cristo de la Cárcel sí coincidí en cambio varios años con mi padre. Era curioso, era capaz de ir a sacar un paso a China pero abajo de Jesús no quería. Te confieso algo, yo a Jesús le miro a la cara pocas veces, y si lo miro no soy capaz de aguantarle la mirada mucho, intento evitarlo muchas veces, sé que me va a reñir, (jajaja…).
Actualmente después de tus declaraciones en el programa Plaza Santa, ¿crees que tienes más gente a favor o sin embargo han aumentado tus detractores?
Sinceramente, y no me lo esperaba, tengo más gente a favor. Hay muchas personas que me piden que no deje de ir al programa, incluso gente que no conocía, que me han parado por la calle para darme su apoyo. Siempre que alguien diga lo que uno piensa, va a tener gente en contra y a favor.
¿Te queda alguna imagen por sacar en Mairena?
Sí, el Cristo de la Vera Cruz o la Virgen de la Ancilla, me da igual cual sea de los dos. Soy hermano desde que nací. Me he vestido durante muchos años de nazareno y monaguillo. Mi abuelo fue el número uno de la hermandad y mi bisabuelo también, siendo todos los miembros de mi familia materna, miembros de la hermandad. Me gustaría que antes de retirarme de costalero tuviera la oportunidad de sacar una de la dos imágenes. Con este gesto, una persona a la que he querido mucho y que está en el cielo se hubiese sentido orgulloso de ello.
¿Algo más que añadir?
Sí, si la Semana Santa tiene algún tipo de peligro, ese peligro está dentro, los agentes externos nunca han podido con la Semana Santa. Hemos convertido, los propios cofrades, la Semana Santa en una semana cultural, artística, hotelera, gastronómica, en definitiva en una fiesta más, donde lo último es CRISTO y en donde lo secundario ha pasado a ser lo prioritario. Y es más, los cofrades hemos pasado a ser idólatras, (yo soy del Cristo éste… tu Cristo es muy feo) olvidando la verdadera esencia cristina del STMO. Sacramento, con esta forma de actuar le damos “comida” a los que están en contra de la Iglesia, porque no olvidemos que las hermandades son parte de la Iglesia.