La calle Morería a fines del s. XVIII (1ª parte)

Desconocemos el lugar exacto en que se encontraba, pero las escasas referencias documentales apuntan que estaría situada en la parte alta de la calle Real entre el Castillo de Luna y la Casa Palacio. Tienta vincular su nombre con el de la población morisca que pudo quedar en la villa tras la conquista cristiana. Pero no tenemos constancia documental de este dato ni hemos podido localizar referencias posteriores.

Hasta el s. XVII estuvo habitada, pero ya en el siglo XVIII la calle Morería presentaba el estado de una zona abandonada o en pronunciado declive. En la mayoría de los padrones y vecindarios de la villa de Mairena del siglo XVIII aparecen registrados los vecinos en una lista única bajo el nombre de calles Real y Morería y en otras directamente no se recoge el nombre de Morería. Por ejemplo en el padrón de 1760 no aparece recogida y vecinos como Alonso Curquejo y Manuel Fernández, que residían en la calle Morería, aparecen inscritos en la calle Real. En aquellos padrones en que sí se registra la calle aparecen recogidos más solares, cercados de tierra, muladares y casas derruidas o vacías que casas habitadas.

En el catastro de 1771, un registro vecinal más extenso y detallado que los anteriores, aparece recogida la calle Morería con 8 casas o solares y sólo tres de las casas estaban habitadas, las tres por jornaleros, con rentas muy bajas cuyas únicas posesiones eran una parte de la casa (pues era heredada y compartían la propiedad con otros familiares) y un jumento. Esto parece confirmar el carácter marginal de esta zona.

La primera casa registrada era la que habitaba Fernando Sánchez, jornalero, quien era dueño de tan sólo una sexta parte de la casa, correspondiente a la herencia de sus suegros.  Las restantes cinco partes pertenecían a Juan de Alba, jornalero residente en San Sebastián; Antonio Navarro Higuera, hortelano, que vivía en la calle Gandul; Francisco Peña, hortelano, residente en la calle Iglesia, Francisco Contreras jornalero, que vivía en la calle Ancha y un sexto propietario que no aparece registrado en el catastro.

La segunda casa registrada había pertenecido a Manuel Fernández, ya fallecido y en el momento del registro pertenecía a tres propietarios, de los que sólo constan dos. El primero de ellos, Pedro Marchena, la habitaba. Era yerno de Manuel Fernández  y había heredado el tercio que le correspondió a su esposa en el reparto familiar. El otro propietario identificado es Pedro Fernández, hijo de Manuel y cuñado de Pedro Marchena, quien había heredado otro tercio. Era panadero y residía en su casa de la calle Coracha. El tercio restante no aparece registrado. Es posible que perteneciese a un tercer hermano del que no tenemos noticia en la documentación municipal. La casa lindaba por la parte de arriba con la casa de Cristóbal Becerra, llegaba hasta la cuesta, lindaba con la casa de Ramírez y formaba esquina en la calle. Todo ello parece indicar que la calle estaba bastante desestructurada.

En la tercera casa habitada residía Alonso Curquejo, jornalero. La casa estaba en muy mal estado pues en el registro se señala que estaba arruinada, aunque se conservase lo suficiente para residir en ella. Lindaba por poniente con la casa de María Ramos y por otro lado con un solar. Alonso la había comprado a Pedro Castañeda, vecino de Carmona.

Una cuarta casa pertenecía a María Ramos y estaba abandonada. María era viuda, hortelana y residía en la calle Fuente Gorda. Su marido, Pedro Peña,  aparece en el registro de 1739 residiendo en una casa situada en la calle Real. Es posible que fuese esta misma casa y que la hubiese comprado el padre de María para la pareja, como se recoge en el registro de 1771. Lindaba con varios muladares y con la casa de Curquejo.

Otra casa, también abandonada, pertenecía a Francisco Eligio Rodríguez, sacristán de la parroquia, que residía en su casa de la calle Puerta de Sevilla, el nombre antiguo de la calle de la Iglesia (actual Daoiz). La casa lindaba con la de Bernardo Sánchez Lucenilla y otra casa perteneciente a Juan Romero.  No estaba habitada y pagaba un censo de 50 r. anuales al Hospital de Cristo de los Dolores llamado Pozo Santo, de Sevilla. Poseía además un cercado de tierra en la misma Morería situado frente al horno del Duque, que pagaba 6 r. de renta Para costear tres misas por las Ánimas del Purgatorio.

La última casa registrada pertenecía a la Fábrica Parroquial de Santa María de Mairena del Alcor  (el fondo de bienes y rentas de la parroquia). La parroquia poseía varias casas en la villa que alquilaba a los vecinos, pero en este caso no aparece registrada ninguna renta, por lo que podemos suponer que se encontraba deshabitada. Tampoco aparecen registrados los linderos, es decir los nombres de los propietarios de las casas contiguas,  lo que podrías indicar que estuviese aislada, rodeada de solares.

En la calle aparecen registrados también dos solares. El primero pertenecía a Florentina Paredes, de 60 años de edad y vecina de Alcalá de Guadaíra. Lindaba con un solar y con la casa de Bernardo Sánchez. La misma propietaria poseía también otro solar situado en la calle Real, que lindaba con el solar anterior  y la casa de Miguel Carrión. Ambos los había comprado a Manuel Díaz, ya difunto.

Un segundo solar pertenecía a Juan López de la Calle, jornalero residente en la Calle Real. Poseía un tercio, ignorándose quienes eran los propietarios de los dos tercios restantes. El solar lindaba con un cercado, la casa de Pedro Peña y la casa de la fábrica parroquial.

 

José Manuel Navarro Domínguez – Doctor en Historia, profesor del IES Los Alcores
Fuente: Archivo Municipal de Mairena del Alcor, legs. 144 y 145, 1771.

 

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