Entrevista (Parte 2) al sacerdote Don Enrique López Guerrero

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Desde el punto de vista cristiano es fácil reconocer que la muerte de Don Enrique fue una muerte cristiana. Sus últimas palabras, sus últimos gestos, su mirada definitiva, todo estuvo marcado por un espíritu cristiano. Muchas personas querrían haber acompañado a Don Enrique en sus últimos momentos, como así lo hicieron en vida, pero no fue posible, la muerte es siempre fugaz y no ofrece demasiadas respuestas si no se interpreta en clave cristiana.

Tal vez por esto, ante la imposibilidad de estar allí, delante de su persona aún en vida, mucha gente se acercó a su ataúd, a velar delante de su cuerpo inerte. Personas de todas las edades, de todos los rincones de Mairena, se acercaron a dar su último adiós. Y esa despedida estuvo marcada por los sentimientos más profundos. Personas que lloraban delante de su cuerpo, personas alejadas de la Iglesia que velaron horas junto a él. Era repetido ver a maireneros de toda clase y condición emocionarse delante de su ataúd, rezar unos minutos. No era nada raro ver tocar esa caja sagrada que guardaba su cuerpo, ni tampoco gente que al irse besaba hasta tres veces el féretro. Reconocimiento veraz, gratitud perpetua, agradecimiento sincero, fe sencilla y agradecida sin más a un pastor de la Iglesia, a un cura comprometido con su tiempo y pueblo, a un sacerdote católico consecuente con su misión evangelizadora.

Sigue la entrevista que le hicimos en exclusiva, puede leer la Parte 1 haciendo click aquí.

José Manuel Bautista (JMB): ¿Los gobiernos, más allá de sus logros, han conseguido que la sociedad caiga en una cierta miseria moral?

Don Enrique: Creo que en su gran mayoría sí. No me atrevería a afirmar que todos, sería algo gratuito, pero en general han pensado con esquemas puramente materiales y sin tener en cuenta la espiritualidad y trascendencia de la persona, han legislado de acuerdo a ello y en la crisis todos sabemos que son culpables porque sólo han buscado el paraíso en la tierra. Ha sido una repetición de la Torre de Babel: seamos dioses, no necesitamos a Dios. Han sustituido a Dios por el dinero, el poder y la lujuria indiscriminada.

Yo me asombro porque estimo que Sodoma y Gomorra no llegaron a la debacle moral de nuestro mundo. Así que como resultado de todo esto, de esta falta de valores, relativismo moral, la profunda crisis económica y política en la que está sumergido el mundo actual, especialmente Europa, era totalmente previsible, antes o después; lo verdaderamente inquietante es que ha ocurrido de pronto y que el hundimiento adquiere una velocidad de vértigo, y no sabemos a dónde llegará el pozo en donde Europa, más que otros, se hunde.

JMB: ¿La educación familiar está en sus horas más bajas? ¿Y la escolar?

Don Enrique: Yo creo que sí, porque incluso aquellas familias que se consideran cristianas, por aquello del trabajo de los esposos para elevar el confort familiar, han delegado la educación de sus hijos a colegios públicos y a las catequesis parroquiales o, incluso todavía en los casos que podíamos llamar óptimos, a colegios religiosos, cualquiera diría, y esos padres así lo creen, que esto es suficiente para una educación seria y profunda en los valores de la fe cristiana, y digo fe cristiana porque esos valores sólo pueden proceder de ella, no de otra cosa, no tienen alternativa. Los padres olvidaron algo fundamental y es que la educación básica primera e insustituible de sus hijos Dios no la ha encomendado a Colegios o a catequesis sino a ellos, y muchos sabemos que se limitan a ver si sus hijos van a misa o no, si sacan buenas notas en religión, no entienden que muchos de esos hijos están en contacto con un mundo ajeno y que pueden creerse que sus padres les están manipulando con una educación que no corresponde con los valores que no existen en el mundo.

No es raro que antiguos alumnos de colegios religiosos te digan sonrientes: padre yo ya escuché tantas misas en mi colegio que creo que puedo prescindir de ellas en los años que me quedan. Qué pena da escuchar esto, porque estos padres han gastado tanto dinero en la educación de sus hijos creyendo que era el camino, que cuando ven el rechazo de todos los principios que creían que sus hijos tenían se quedan asombrados sin saber lo que hacer. Recuerdo que estoy hablando de los casos “óptimos”, si hablara de los “normales” tendríamos para dos o tres artículos. Decir con toda fuerza a los padres que esto lo digo como sacerdote, que no olviden que es a ellos a los que les ha encomendado Dios, que son ellos los que tienen que darles ejemplo de los valores con su propia vida, el amor verdadero, la oración, que son ellos los que deben mostrar lo que es una auténtica familia de Dios, aquella que Cristo trajo a la Tierra; mientras que los padres no se enteren de esto, la juventud no podrá cambiar, a no ser a peor.

JMB: ¿Está la ciencia reñida con el progreso y la dignidad humana?

Don Enrique: La verdadera ciencia no puede por principio contradecir los valores de la fe cristiana entre los que destaca la dignidad incomparable del hombre con respecto a todas las demás criaturas.

¿Por qué no pueden entrar en conflicto? Porque obviamente no se puede admitir la teoría de las dos verdades, solamente hay una Verdad con mayúscula que es la que Dios ha querido imprimir en toda su creación, y esa verdad podemos adquirirla en parte mediante nuestra razón natural que bien empleada es uno de los instrumentos que Dios nos ha dado para indagar en todos los misterios del mundo, pero este instrumento es claramente insuficiente para muchas cosas, de aquí que el hombre haya necesitado la Verdad revelada, que Dios le ha regalado con todo su amor para que pueda penetrar en aquellos otros misterios del mundo, del hombre y de Dios, que con solo su razón natural no hubiera podido hacer. En una palabra, yo considero que un científico verdadero es aquel que usa las dos fuentes de conocimiento que se complementan: su razón, pero ésta iluminada por la revelación divina. Yo puedo decir que esta certeza desde hace mucho tiempo ha sido la que ha conducido mi vida, que nunca he tenido miedo de abarcar en mis estudios todos los conocimientos de las ciencias más avanzadas, astrofísica y biología, y he tenido la satisfacción profunda de ver cómo este conocimiento no solamente no me ha enfriado la fe, sino todo lo contrario, la ha hecho más sólida, monolítica; doy gracias a Dios porque yo creo que nada ni nadie podría quitarme la certeza de mi fe, porque he conseguido unir en mis modestas posibilidades lo más avanzado de la ciencia y todo lo que aprendí de la revelación divina en mis estudios de teología. Por eso no tengo miedo a ningún avance de la ciencia, siempre sé que cuando se profundiza en ella será para acercarnos más a Dios.

JMB: ¿Es el aborto un derecho para la mujer, como afirma la ministra Bibiana Aído (PSOE)?

Don Enrique: La pregunta me parece un poco tonta (Don Enrique se ríe sin disimulo). Es algo tan evidentemente absurdo que estoy seguro que lo has preguntado simplemente porque tenías que hacerlo, para que yo diera la respuesta que todo el mundo espera. Se trata de la aberración quizás máxima a que ha llevado la ausencia total de todo sentido moral del hombre que se considera moderno.

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Don Enrique vuelve de su paseo diario con Carmelita Acosta.

JMB: ¿En un pueblo como Mairena lo ha tenido fácil D. Ramón Valdivia, el anterior párroco?

Don Enrique: Yo creo que sí, desde luego en función del enfoque que le ha dado a su labor apostólica. En principio se encuentra en una parroquia perfectamente estructurada, con multitud de grupos organizados y con un buen número de fieles perfectamente formados y llenos de ilusión por trabajar, con los que puedo decir con satisfacción que ha contado desde el principio por lo que ello le ha permitido tomar nuevas iniciativas muy interesantes que han podido renovar la parroquia y hacerla progresar como era lo que más yo podía desear cuando la dejé en sus manos, no yo, el Señor Cardenal, pero sabiendo que yo la dejaba siendo párroco propio (con una plaza en propiedad), porque quería que hubiera un sacerdote con sus fuerzas íntegras y lleno de ilusión para que pudiera llevar a esta parroquia a cotas más altas a las que yo no podía llegar. El Señor Cardenal me entendió y gracias a Dios mandó al sacerdote que consideró más adecuado y cuya labor no tengo por qué exponer ya que todos con gran alegría la hemos experimentado.

JMB: ¿Qué ha hecho bien Zapatero?

Don Enrique: En apariencia es muy fácil de contestar, yo diría que nada, en cuanto que desde el primer momento parece que su única obsesión era anular por completo la oposición y convertir a España en un Estado no laico, que ya lo era, sino laicista, es decir: militante contra la fe católica de la mayoría. Me ha parecido que las líneas de su gobierno más que apuntar a los problemas económicos del país y a las políticas oportunas de un país propio de la Unión Europea, le ha interesado más (voy a decir una palabra muy fuerte), desarraigar la fe de España con los métodos más sutiles.

Dije antes que esto es lo que en apariencia se puede contestar “a bote pronto”, ahora bien, sin duda que habrá tenido buenas intenciones en diversos campos pero que a mi modo de ver no se han hecho patentes. Por supuesto yo no soy quién para juzgar sus intenciones ni mucho menos su integridad personal, que eso solamente Dios puede hacerlo; repito que me he limitado a expresar lo que cualquier observador imparcial ha podido ver en el lamentable decurso de su gobierno.

Me gustaría agregar que en una visita reciente que me hizo mi antiguo profesor D. Alfonso Lazo*, eminente miembro de la directiva del PSOE durante mucho tiempo, comenté con él un artículo por él mismo publicado en el diario El Mundo en el que entre otras mucha cosas hacía una afirmación muy grave y era ésta: que desde la transición no había habido en España un peor presidente del gobierno que el Sr. Zapatero. Cuando yo le pregunté por esta afirmación tan grave me comentó sonriente: eso es obvio Don Enrique, y cualquiera puede saberlo.

JMB: Hay quien dice que el monumento a Don Quijote en la fuente de la entrada del pueblo de Mairena debería haber sido para usted, Don Quijote no pasó por Mairena, sin embargo usted ha dejado una profunda huella.

(El rostro de D. Enrique muestra una expresión de risa mal contenida, al mismo tiempo resplandecen muecas de asombro e incredulidad).

Don Enrique: No sé quién haya podido hacer esa afirmación, pero me produce tres sentimientos:

En primer lugar, tengo un sentimiento de asombro e incredulidad. En segundo lugar, profunda gratitud; sin duda se trata de alguien que me quiere mucho. En tercer lugar, siento decirlo pero me produce una gran hilaridad porque la afirmación es, el deseo es, de tal índole que la única respuesta por mi parte es decirle que ha contribuido a elevar mucho mi ánimo por la risa que me ha producido, de ésas que divierten de verdad y que podríamos decir que son hasta curativas. No creo que deba añadir ningún otro comentario, pero muchas gracias por el deseo.

* Alfonso Lazo, nacido en 1936, es un socialista que perteneció al PSP de Tierno Galván. Profesor universitario que fue de políticos como Alfonso Guerra y Juan Carlos Rodríguez Ibarra fue diputado del PSOE en el Congreso (1977-1996), portavoz socialista en materia universitaria y presidente de la Comisión del Defensor del Pueblo. El artículo al que se refiere fue publicado en el diario El Mundo (21-febrero-2008). Reproducimos por su interés algunos párrafos:

José Luis Rodríguez Zapatero es el peor gobernante habido en España desde que murió Franco; el único capaz de colocar como objetivo de su política la ruptura entre los españoles. No se trata de una afirmación ociosa. El susurro de ZP reconociendo junto a un periodista áulico que necesita aumentar las tensiones del país, y llegar si es preciso al drama, viene a ser el acta notarial que reconoce lo que todos ya sabíamos de manera un poco intuitiva: para mantener el poder, el señor Z. necesita mantener el voto de los radicales, los progres, las mentalidades adolescentes, los iluminados, los castristas, los okupas, los jipis viejos anclados en 1968, gente toda ella abstencionista confesa salvo caso de odios desatados y grave rompimiento social.

Explicada queda su confrontación con la Iglesia y con las víctimas del terrorismo. Y explicado queda el guerracivilismo y el cuidadoso diseño de la Media Memoria Histórica. Los españoles vivían reconciliados hasta que desde el poder se reabrieron las viejas heridas de la contienda; una acción maligna destinada a destruir los esfuerzos pacificadores de Adolfo Suárez y Felipe González.

Felipe González, Suárez, Carrillo, Guerra, Almunia, Aznar con errores y aciertos fueron políticos maduros y tenían sentido de Estado. Zapatero, no: astuto, sin auctoritas, temido dentro del PSOE aunque no respetado, ignorante de la Historia de España, es rehén de los nacionalismos hasta el punto de modificar bajo cuerda la Constitución a golpes de concesiones. Cómo podemos recomponer una situación así”.

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