María González, más quisiera la Pepa (Mídelton)
Hace unos días pudimos leer un artículo de elmundo.es que decía: María González: la ‘Pippa Middleton’ de la boda de Eva y Cayetano. Es como mínimo curioso que la colega periodista no se haya apercibido de esto hasta el día de la boda y, además, rotule de esta forma su artículo como si la comparación empezara y acabara el día del enlace, por cierto, sin lugar a dudas declarada boda del año.
María, que es el otro talento de esa casa, sin desmejorar a quien les dio esa energía natural, simpatía rebosante y seguridad sin barreras, su madre Encarna Fernández, tiene eso que los ingleses llaman “talento en la sombra” y seguramente esto es lo que percibe, ahora, algún compañero de la prensa del corazón, ávido de prolongar la boda de Eva y Cayetano algunos días más en el calendario.
Pero, dicho claramente, más quisiera la “Pepa Mídelton” (como se pronuncia en inglés) parecerse a María, la nuestra, la de Mairena. Y argumentos de sobra para esta causa universal los tenemos, porque María lo vale.
Nadie pasó desapercibido en una boda que trajo de cabeza a aquellos que, invitados, no quisieron perder el punto de la excelencia. Una de éstas era María, la hermana de la novia, que por derecho propio aparecía ese día con radiante belleza natural y sencilla elegancia. María es, además, discreta, como manda el protocolo de las buenas formas, destacando siempre con una sencillez deslumbrante y una simpatía consecuencia de su condición bien acabada.
Cuando otras hermanas se han hecho famosas no por méritos propios, como Pippa Middleton, hermana de la futura Reina de Inglaterra, o Telma Ortiz, hermana de S.M. La Reina de España, María se ha hecho famosa por estar a la altura de la sobriedad y madurar en el lugar donde el equilibrio de las formas y la discreción a prueba de huracanes del corazón le exigían.
Esto ha sido siempre, como actitud de diseño a la perfección, el mejor apoyo para la carrera de su hermana Eva, quien no necesitaba más sustentos que su trabajo talentoso y su energía e inteligencia para triunfar, cierto, pero que tenía en el acompañamiento de María el más decisivo ambiente familiar para escribir permanentemente horizontes de grandeza. Siendo así, el talento de Eva era y es, también, cosa de familia, María y Encarni en la retaguardia. Tomen nota.
Entonces, la próxima vez que queramos hacer comparaciones, fijémonos de a quién y con quién, no vaya a ser que nos encontremos con María, una chica de rostro amablemente bello, sonrisa delicada y saber estar que da envidia a muchas de las hermanas que salen en el Hola.