Toda protección es poca ante el Sol
Con la llegada de las altas temperaturas y la gran cantidad de tiempo que nos exponemos al sol es imprescindible saber qué pasos seguir para mantener la piel sana. Por este motivo, la dermatóloga mairenera María Dolores Jiménez, nos da algunos consejos.
Durante la exposición al sol, la radiación ultravioleta provoca cambios en las células cutáneas y la piel se defiende intentando pigmentarse, pero también se ocasionan daños en las células que luego tienen que repararse para que no se genere cáncer. Así, de forma natural el organismo se defiende.
Aunque algunas veces, esto no se consigue y se provoca el cáncer cutáneo. “Cuanto más te expongas al sol, más papeletas tienes. Se dice que la piel tiene memoria, porque el daño cutáneo se va acumulando desde la infancia. Son estas quemaduras las que más facturas pasan en la edad adulta”.
Para evitar el daño solar, ya sea de forma crónica con la exposición diaria o de forma puntual, cuando vamos a la playa, tenemos que tener en cuenta lo siguiente:
- Siempre hay que usar fotoprotección en crema con factor del 30 o 50.
- Proteger la piel media hora antes de la exposición.
- Renovar la crema cada dos o tres horas.
- Evitar las horas de mayor exposición, de 12 de la mañana a 4 de la tarde.
Ya sea si tienes piel clara o más morena, el factor de protección siempre tiene que ser alto. En niños pequeños no se debe bajar de la protección alta, aunque una persona adulta puede bajar del factor 50 al 30 cuando ya ha tomado el sol antes.
Por otro lado, la doctora Jiménez comenta que existen dos tipos de protección solar: química y física. La protección química, es la más común, está compuesta por químicos que producen una pantalla de protección sobre la piel. Además, sirve para todo tipo de pieles, incluso hay protecciones químicas más especiales para las pieles atópicas.
El otro tipo de protección es la física, compuesta por minerales y que se usa sobre todo en pieles muy sensibles o pieles que no toleran algunos productos químicos que contienen las protecciones anteriores. Es decir, no hay justificación para aquellos que no usan protección por reacciones a la crema.
La dermatóloga local, también advierte sobre el mito de que la protección solar con factor 30, hay que renovarla cada 30 minutos. La protección solar sea del factor que sea, hay que renovarla cada dos o tres horas. Incluso las protecciones solares resistentes al agua, a pesar de estar diseñadas para resistir, hay que renovarlas tras un baño prolongado o cada 2 horas como las normales.
También hay que tener en cuenta otras medias de protección, como el uso de gorras, sombreros y viseras, ya que actúan como una barrera al sol. Al igual que las gafas de sol. María Dolores advierte que las gafas de sol deben ser homologadas para que contengan el filtro solar necesario para proteger bien los ojos. No vale cualquier gafa.
Además, de sombreros y gafas de sol, hay que tener en cuenta, que existe ropa con factor de protección, que puede ayudar a los más pequeños y personas de piel clara a proteger la piel. Por supuesto, la sombrilla y evitar exponerse al sol de 12 de la mañana a 4 de la tarde, ya que es cuando el sol es más fuerte.
La dermatóloga informa también que te puedes proteger del sol con unos suplementos con vitaminas. Este suplemento se toma por vía oral y entre sus componentes se encuentra el betacaroteno, que protege del sol. Esta pastillas ayudan a proteger, pero no exige de usar protección solar. Es un complemento más a la protección.
Consecuencias de la exposición al sol
Si no sigues estos pasos y haces un buen uso de la protección solar, las consecuencias directas de la exposición al sol, son las quemaduras. Las quemaduras solares pueden ser de distintos grados en función de la exposición, pero pueden llegar a generar ampollas, fiebre y malestar general.
Por otro lado, una exposición crónica al sol (exposición diaria), puede ocasionar daños solares de tipo: envejecimiento de la piel y cáncer de piel, ya sea tipo melanoma o no melanoma.
En el caso de que sufras una quemadura solar, lo primero es hidratar la piel, beber mucho agua y acudir al centro médico más cercano.
Desde el Instituto de Dermatología, también invitan a los pacientes a que se revisen los lunares, ya que durante la exposición al sol pueden aparecer nuevos o hacer que algunos cambien. Por ello, con una revisión se puede descartar que no haya nada.
Para revisar los lunares tenemos que tener en cuenta la Asimetría, el Borde, el Color y el Tamaño del mismo. En el caso de que alguno de los lunares muestre signos de cambio, hay que consultar con un especialista, ya que puede tratarse de un lunar atípico o de un lunar que haya que extirpar.
Ante la dura, siempre consultar.