La ausencia de lluvias reactiva la importancia del ahorro de agua
Emasesa anuncia que este 2019 está siendo el año con menos lluvias de los últimos 5 años, así arranca campaña de comunicación en radio que Emasesa ha puesto en marcha, en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, ante la caída de las precipitaciones. Con esta iniciativa, ambos organismos se marcan como objetivo concienciar sobre la importancia del consumo responsable del agua, un recurso vital y reconocido como derecho humano.
Atendiendo a los registros del agua embalsada para el abastecimiento de Sevilla y el área metropolitana se observa que, a falta de conocer los datos de los meses de agosto y septiembre, este año hidrológico 2018-2019, está resultando bastante más seco que los anteriores, en concreto un 36% más seco que la media de los 5 años anteriores.
111 litros
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que una persona debe consumir en promedio 100 litros de agua para satisfacer las necesidades tanto de consumo como de higiene.
Desde 1991 hasta hoy el consumo de agua de la población del área metropolitana se ha reducido de los 176 a los 111 litros por persona y día. Este registro actual sitúa al consumo de la población de Sevilla por delante de la media nacional que está en los 132 litros por habitante y día.
La reducción del consumo en el área metropolitana se debe por un lado al comportamiento de la ciudadanía en relación con el consumo de agua de grifo, adoptando como una costumbre sencillos gestos que generan ahorro; y por otro, a las actuaciones de mejora llevadas a cabo por parte de Emasesa en la red de abastecimiento que han permitido la rebaja de pérdidas en red hasta un 12%.
Esta conducta ahorradora y de consumo eficiente no sólo supone aumentar el plazo de garantía de los recursos disponibles, sino que favorece el cuidado del medio ambiente al no detraer del mismo más que los recursos estrictamente necesarios. En consecuencia, fomenta la sostenibilidad medioambiental, permite combatir los efectos del cambio climático y supone un gesto de solidaridad con las generaciones venideras.