El caballito libre del tiovivo
Como cada mes de septiembre los aficionados taurinos de Sevilla tenemos una cita con la feria de San Miguel. Por cierto este año con impecables carteles sobre el papel, luego ya se sabe: “Dios dispone, el hombre propone y el toro lo descompone”.
En esta ocasión tuve el placer de que José María Minguet, más conocido como Botones de Plata, me invitara y cediera su localidad de abonado en la Maestranza, gracias amigo.
Como tengo la gran suerte de que la pasión por los toros la comparto con mi mujer, ambos nos fuimos a Sevilla y dejé a mi pequeña Julia con mi madre, quien también disfrutó aquella tarde de su pasión, su nieta Julia.
A lo que vamos, mi madre se llevó a mi Julia junto con mi hermana y mi sobrino Juan a un centro comercial cercano a pasar la tarde. Una de las distracciones consistió en subir a los dos pequeños en un tiovivo.
El tiovivo constaba de tres caballos, los cuales hacían las delicias de los pequeños tras insertar la correspondiente moneda de un euro.
Como ya he señalado había tres caballos y dos niños, con lo cual al echar el primer euro comenzó la atracción a funcionar quedando un caballo libre. En ese mismo momento llega un padre con su hijo y lo sube en el caballo libre, el señor ni pide permiso ni cuando se acaba la atracción decide aportar su euro a la causa. Existe la posibilidad de que no se haya percatado de la situación y pensara que el tiovivo funcionaba de por sí.
Cuando se acaba ese primer paseo viendo que a mi Julia y mi Juan les ha parecido poco, mi hermana decide introducir otro euro. ¿Qué es lo que ocurre?, efectivamente, vuelve a quedar el caballo libre, en esta ocasión llega un padre distinto al primero el cual sin pedir permiso monta a su hijo, y cuando la atracción acaba se va sin dar las gracias ni mucho menos aportar su euro a la causa. Existe la posibilidad de que como la cosa está muy mala ese hombre no tuviera para montar a su hijo en la atracción y le diera vergüenza la situación.
Pero la cosa no acaba ahí, los dos niños quieren un último paseo, mi madre les echa una tercera moneda. ¿Qué es lo que ocurre?, ¡¡¡premio!!!, vuelve a quedar el caballo libre. Ahora llega un tercer padre, distinto a los anteriores pero con idéntico comportamiento, ni da las buenas tardes, ni pide permiso, ni aporta su euro, solo se limita a montar a su crío y a irse sin dar las gracias cuando la atracción acaba.
No han sido ni uno ni dos, han sido tres los padres que ni han dado la buenas tardes, ni han pedido permiso para subir a su hijo, ni han dado las gracias, ni echaron su humilde euro. Que sí, que la cosa está muy mala, pero lo que faltan no son euros, lo que falta es educación, valores y ejemplo que dar a nuestros hijos.
Al planteamiento de soluciones se le llama demagogia barata. Esta es la socidad que nos toca sufrir. No se quieren soluciones solo libertad para criticar a los demas.
Los comentarios de Manuel González (sin que él mismo lo pretenda) lo explican perfectamente y con mucha claridad. Así está el patio: demagogia barata en lugar de educación y valores cívicos.
Y cuando hablo de demagogia, me refiero a la de Manuel González y no al autor del artículo, con el que estoy totalmente de acuerdo.
El que calla, otorga
Caballito para arriba, caballito para abajo. Vergüenza de sociedad que antepone las perras gordas a cualquier cosa. Políticos, así os pudráis.
Muy bien escrito el articulo, pero hay dos formas de solucionar el problema.
Con caracter previo, como solo se ocupan dos caballitos, pues se busca a alguien que ocupe el tercer caballito, aclarando prviamente la cuestion economica
A posteriori, cuando alguien intenta ocupar el tercer caballito libre, pues decirle de forma muy educada, por supuesto, que el ocupar los caballitos esta sujeto a pago previo, con lo cual, el aspirante a cupar el tercer caballito puede optar entre no ocuparlo o pagar su alicuota parte.
En este caso como no se hizo ninguna de las dos cosas, pues se critica, que es lo que tipicamene hacen lo que no solucionan los asuntos.
Saludos
Está claro Manuel que una solución era denunciar el caso al infractor. Pero el hecho de no hacerlo no debe de dar alas a ese comportamiento.
Saludos.
Totalmente deacuerdo… y añado…
lo que faltan no son euros, lo que falta es educación, valores y ejemplo que dar a nuestros hijos… y vergüenza… y dignidad… y honor… y obligaciones a la vez que derechos… en fin esto se desvorona y seguimos sentados en casa viendolo solo por la televisión…