La desaparición de la Calle Morería (2ª parte)
A principios del s. XIX la zona de la calle Morería se convirtió en un espacio rural, aislado de la calle Real y perdió su función urbana. El nombre Morería no hacía referencia exactamente a una calle sino a un espacio difuso, un lugar poco definido donde antes había existido una calle y habitado vecinos, pero que en esos momentos estaba completamente vacío. Se conectaba con la calle Real mediante un callejón estrecho que habría formado la antigua calle.
Ya en el s. XVIII había en la zona cercados de tierra calma y estacadas de olivar situados entre la calle Real y el castillo. Una de estas parcelas, un olivar de 3 aranzadas de extensión (180 olivos) situada “frente del castillo”, pertenecía a Miguel Míguez del Real, mercader de paños y lencería de la parroquia de El Salvador de Sevilla. Lindando con esta parcela estaba un cercado de tierra calma de 8 celemines propiedad de la duquesa de Arcos del que señala la documentación que estaba “en el ruedo de la villa contra sus murallas” y lindaba al norte con el callejón que dividía las estacadas anteriores de la estacada de Francisco Carmona Cabezas.
Miguel Míguez, deseando ampliar su propiedad solicitó la compra del olivar próximo a su parcela. En 1791, Blas Martín Abad, administrador de la duquesa de Arcos en Mairena, y Julián Míguez del Real, vecino de Mairena actuando en representación de su hermano, firmaron el contrato de venta de la parcela a censo enfitéutico, por un valor de 400 r. y rédito anual de 12 r. En el contrato se establecía como condición la unión de la parcela al olivar y la hipoteca de ambas fincas conjuntamente para garantizar el pago del rédito anual. La parcela no debía pertenecer al mayorazgo de la casa de Arcos pues la duquesa vende la finca y renuncia a la propiedad y señorío, como si de una parcela privada se tratase.
En julio de 1814 Francisco Hornillo pidió al Ayuntamiento permiso para construir una casa ocupando la callejuela antigua, situada en la calle Real, que salía al sitio de la Morería. Solicitó la cesión del terreno a tributo perpetuo, el modelo tradicional de compra de terreno público en la época. El espacio que solicitaba era un terreno estrecho y largo (la embocadura de la antigua calle) que consideraba inútil y no suponía agravio para ningún vecino pues en la Morería no vivía nadie. Además, explicaba en su solicitud, que la construcción de la casa sería beneficiosa para los vecinos confinantes con la antigua calle (las dos casas de la calle Real que hacían esquina con el callejón de la Morería), pues le daría más seguridad a sus casas. Amparaba su petición en el real decreto de dación de terrenos para quitar deformaciones de las calles. El Cabildo decidió concederle el terreno imponiéndole un censo perpetuo de 4 r. anuales. Francisco Hornillo tapió la calle pero no llegó a construir la casa.
Tres años más tarde Ángel Jiménez solicitó al Cabildo unir el terreno del callejón de la Morería a su estacada de olivar situada en terrenos próximos al Castillo. Se le concede con un tributo anual de 2 r. perpetuo con hipoteca de la estacada.
Cuando en 1820 otro vecino, Francisco Fuentes, solicitó al Cabildo que le cediese la “callejuela que esta en calle Real conocida como Morería”, para labrar una casa en el terreno, argumentaba que su estado resultaba perjudicial para los vecinos y que por ello se había tapiado hacía bastante tiempo. El Cabildo le concedió el terreno imponiendo un censo de 4 r. anuales. Pero tampoco Fuentes edificó la casa en el terreno concedido. Seis años más tarde José Carmona solicitó la callejuela de la Morería para labrar una casa. El Cabildo, recordando que ya había concedido el terreno a Francisco Hornillo 15 años antes, acordó ponerse en contacto con él, darle un plazo para edificar y si no lo hacía, entregar el terreno a José Carmona para que construyese su casa.
No hemos encontrado referencias documentales posteriores a la calle Morería en los padrones ni nuevas solicitudes para construir la casa. No podemos establecer con seguridad cuándo se edifico sobre el solar de la calle, cerrando definitivamente el acceso desde la calle Real a las estacadas traseras situadas delante de Castillo. En un mapa de la localidad de finales del s. XIX aparece en esta zona un espacio no edificado en la zona donde estaría la calle, aunque en los padrones vecinales de principios del siglo no aparece registrada la calle.
Con ello desapareció de la memoria la que quizás fuese una de las calles más antiguas de la villa de Mairena.
José Manuel Navarro Domínguez – Doctor en Historia, profesor del IES Los Alcores
Fuentes: Archivo Municipal de Mairena del Alcor, leg. 14, 1814 y 1817, leg. 15 1820 y Archivo Histórico Nacional, s. Osuna, leg. 168, doc. 13, 1 abril 1755.