Del puesto de madera a los «transformer»

Artículo publicado en la Revista Oficial de la Feria de Abril de Mairena del Alcor 2019

Al igual que en mi infancia (ya hace unos años) los niños con eso de no querer o poder estar con los padres por el recinto ferial para aquello de nuestra gallardía, comíamos “a salto de mata”, sobre todo patatas fritas (aquellas patatas recién hechas de la familia Cruz que aún tenemos ese sabor y olor en nuestra cabeza y corazón) y polos de Miquel para no perder el tiempo ni dinero para los “cacharritos”. Ahora es parecido con los puestos de hamburguesas y perritos que le salen al camino.

Aún recuerdo el sabor y el olor de aquellas patatas recién hechas de la familia Cruz

Antes dos puestos y, como decimos en el pueblo, conocidos y de muy buenas familias. Ahora aunque no pongo en duda lo de las familias sí convendría recordar que son alimentos muy procesados, aunque se suponen que están certificados por sanidad.

Pero a quién no le entran ganas de un perrito o una “burguer” cuando pasa por dichos sitios aunque lleves aún el sabor de una “pringá” en la boca (esto me recuerda al tenderete que vendía los pinchitos morunos con una hoja de lechuga en el plato y enzarzado en una aguja de hacer punto).

La evolución ha sido constante pero al fin y al cabo, los puestos de comidas exteriores a las casetas perduran, antes de madera y ahora con un remolque que le dan a un botón y parece un “transformer” y así desde el principio de los tiempo y ojalá por otros 500 años a pesar de las personas que cada vez se van más en estas fechas.

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