España, país de taifas educativas

Aspiro a que alguno o muchos me digan que esto mismo puede decirse de otros países, semejantes o diferentes al nuestro, hasta caer en la cuenta de que los hombres y mujeres que forman parte de José Manuel Bautistaéstos son los que sean realmente determinan la condición y hasta la naturaleza de los territorios. Sin embargo, son muchos los que han descrito a nuestro país de forma genuina hasta, en un alarde de comprensión profunda, convencer a la mayoría de que algo realmente pasa. ¿Y qué pasa?

 

José Ortega y Gasset, con su obra España invertebrada, o Fernando Díaz-Plaja, con su obra El español y los siete pecados capitales, son claros ejemplos de la penetrante fotografía que puede hacerse de nuestro ser, introspección que hicieron no sin toda clase de suertes que tuvieron que asumir por el riesgo que conllevaba la empresa de presentar así mismo y a los demás, sin tapujos, cómo nos desenvolvemos como actores cuando nos representamos a nosotros mismos.

la-educacion-3La cosa educativa no es más que una de estas dimensiones de nuestro ser, probablemente arrebatada para la falta de horizonte desde que la misma se puso en manos de la política y ésta al servicio de autonomías que, sin piedad, trabajan denodadamente en la creación de taifas autodestructivas de toda solidaridad y visión compartida: los destinos del ser humano en manos de las taifas no son más que arietes contra la posibilidad de entendimiento como grupo y el progreso individual del ser humano.

En una España federalmente educativa como la que tenemos ahora, ¿dónde están los límites? ¡Yo quiero ser independiente, hablar mi dialecto, promover mi cultura, celebrar mis fiestas, porque son genuinos, nadie como nosotros, sólo nosotros, somos únicos, irrepetibles, admirablemente diferentes!, afirman los habitantes de Benamenzúa de Santa Coloma. ¿Tienen razón? Recuerda que a finales del siglo XIX Utrera, en la provincia de Sevilla, se declaró independiente… en su defecto diremos que no tiene tanta historia como las tierras del territorio de Arriba, o sí…

Y así la educación puesta al servicio de esta poción mágica que es el opus nigrum de la política. Si en un debate en TV están los representantes de los diferentes territorios del Estado o Península Ibérica (menos Portugal), ante la pregunta de ¿la educación va bien o mal? (lógicamente preguntado como gestores de la cosa pública en sus respectivos territorios), la respuesta de cada uno es clara y no se hace esperar: “bien en casa, mal en la otra taifa” (todos contra todos y el ciudadano por barrer). ¿Mienten? ¡No! Es simplemente el galimatías que nutre nuestra condición, algo que de lo que ya hablaban Ortega o Díaz-Plaja.

Pero sigamos, hay que llenar telediarios mientras el barco sigue encallado.

Un comentario sobre “España, país de taifas educativas

  • Totalmente de acuerdo. Me atrevo incluso o a decir que desde la primera ley educativa después de la Transición, ésta, la educación, se ha convertido en un juego partidista que no une, sino entorpece nuestro desarrollo como sociedad, e incluso para más inri, segrega.

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