CSIF denuncia fallas de seguridad en prevención de riesgos laborales de Prosegur, el Sevilla y el Betis
Recientes incidentes han agravado el clima de miedo e incertidumbre entre los profesionales de seguridad privada que se sienten preocupados por la falta de respaldo, ante lo que CSIF ha instado a Inspección de Trabajo a exigir a los clubes y a la empresa una evaluación específica de riesgos asociados a eventos multitudinarios, entre otras medidas para su trabajo en los estadios
El área de Seguridad Privada de CSIF Sevilla ha denunciado ante la Inspección de Trabajo a la empresa Prosegur SIS España y a los clubes deportivos Sevilla FC y Real Betis Balompié por incumplimientos reiterados del art. 19 Ley de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) Formación Específica, 17.2, así como el art. 11 de Coordinación Administrativa. Los incumplimientos citados en las denuncias se refieren a la ausencia de evaluación específica de riesgos laborales, la falta de formación y medidas de protección adecuadas, como la necesidad de reforzar con urgencia los mecanismos de colaboración entre la empresa de seguridad y los mencionados clubes de fútbol.
En este sentido, la delegada de CSIF Seguridad Privada Sevilla, Ana María Durán, refiere diferentes incidentes recientes que han generado “un clima de miedo e incertidumbre” entre los profesionales implicados en esta labor, que indica “no sólo se enfrentan a riesgos físicos evidentes, también sienten una preocupante falta de respaldo, tanto por parte de la empresa que los contrata como de las instituciones responsables”, explica la sindicalista. Quien suma a ello la “aplicación improvisada de protocolos de seguridad, la presión para priorizar la fluidez de los accesos sobre la protección del personal y la ausencia de operativas claras y documentadas”.
Sostiene asimismo que cada partido o evento deportivo supone “un desafío” para los vigilantes de seguridad, que en muchas ocasiones deben desempeñar su labor en condiciones que los exponen a situaciones de alto riesgo. Siendo para ella “lo más alarmante que lo hacen sin contar con los equipos de protección necesarios”, refiriéndose a chalecos antitrauma y antipinchazo, cascos o escudos. Unas herramientas que estiman esenciales para garantizar su integridad física, como al igual muy importantes en zonas donde pueden sufrir agresiones o lanzamiento de objetos desde las gradas.
Se queja la representante sindical, por otro lado, de que a diferencia de los vigilantes de seguridad, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sí acceden a los campos de fútbol con los equipos antidisturbios adecuados, aun cuando los vigilantes son los primeros en intervenir, considerando así que deben hacerlo con las debidas garantías para que no queden «en una posición de vulnerabilidad inaceptable”, explica Durán.
La responsable sindical cita como ejemplo de lo que denuncian el incidente ocurrido el pasado 18 de enero, en el que al finalizar uno de los partidos un grupo de ultras increpó a directivos de uno de los clubes denunciados, con serias dificultades para abandonar el recinto, obligando al personal de seguridad de Prosegur a intervenir para garantizar su salida, ocurriendo incidentes que pusieron en peligro tanto a los directivos, como a los profesionales de seguridad.
La sucesión de hechos como los anteriormente señalados no son casos aislados -sostienen desde CSIF- en la gestión de la seguridad durante eventos de gran concurrencia, lo que les ha impulsado a llevar la problemática a la Inspección de Trabajo, en el deseo de que se exija a las partes denunciadas una evaluación específica de riesgos asociados a este tipo de eventos y sus consiguientes situaciones de alta conflictividad. Afirman así que a la falta de coordinación y formación específica se suma la carencia de equipos adecuados, según contempla la Ley 19/2007 contra la violencia en el deporte, que busca prevenir y erradicar este tipo de actos.
De otra parte, existen otras deficiencias técnicas que señaladan desde CSIF, relacionadas con las cámaras de videovigilancia obsoletas, sistemas contraincendios que llevan años sin funcionar, y la falta de acceso a herramientas de supervisión, entre las que se refieren a la función «Cuídame», crucial para garantizar la seguridad del personal en turnos nocturnos. Consideran a este efecto que se trata de «unas carencias que no sólo dificultan el trabajo de los vigilantes, sino que también “ponen en riesgo a miles de personas que confían en que los eventos deportivos se desarrollen en un entorno seguro”, apostilla Ana María Durán.